MADRID, 13 (EUROPA PRESS)
El conflicto desatado en Sudán a mediados de abril ha empeorado la delicada situación humanitaria y elevado a casi 18 millones la cifra de personas que sufren graves carencias alimentarias o corren el riesgo de padecerlas en los próximos meses, un escenario que para las agencias de la ONU está cada vez más cerca de la “catástrofe” y que refiere una respuesta urgente por parte de la comunidad internacional.
El pasado mes de agosto, los expertos vaticinaban que unos 15 millones de personas sufrirían una grave inseguridad alimentaria durante estos meses, pero las previsiones se han actualizado y ya son 17,7 millones los sudaneses en riesgo en el periodo que va de octubre de 2023 a febrero de 2024, con especial incidencia en la zona de la capital, Jartum, y también en Darfur o Kordofán.
El dato ya asciende a más del doble que hace apenas un año y demuestra para la ONU la rápida evolución de la crisis. De hecho, la situación amenaza con empeorar, ya que precisamente los niveles actuales de hambre coinciden con la temporada de cosecha, en la que tradicionalmente hay más alimentos a disposición de la población, y el Programa Mundial de Alimentos (PMA) cree que si la ayuda no aumenta de forma significativa en algunos núcleos pueden darse condiciones equiparables a la hambruna cuando arranque en mayo la estación seca.
Actualmente, ya hay cerca de cinco millones de personas en niveles que se consideran de emergencia y la directora del PMA para Sudán, Eddie Rowe, ha advertido de que “la velocidad con la que ha aumentado el hambre en el último año es alarmante”.
Por ello, ha instado a las partes en conflicto a acordar de manera “urgente” una “pausa humanitaria”. “Las vidas dependen de ello, ya que hay demasiadas personas atrapadas en zonas con conflictos activos a las que sólo podemos llegar de manera esporádica, si es que lo hacemos”, ha señalado en un comunicado.
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