MADRID, 14 (SERVIMEDIA)
Científicos del Instituto de Salud Global de Barcelona (ISGlobal), centro impulsado por la Fundación “la Caixa”, el Instituto Nacional de Investigación sobre Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente de Francia (Inrae), el Instituto Nacional de Salud de Francia (Inserm) y la Universidad Sorbonne Paris Nord, revelaron que desayunar y cenar tamprano podría reducir el riesgo cardiovascular.
Según informó este jueves el ISGlobal, la hora a la que comemos podría influir en el riesgo de desarrollar enfermedades cardiovasculares. Este estudio, realizado sobre una muestra de más de 100.000 personas de la cohorte NutriNet-Santé, a las que se realizó seguimiento entre 2009 y 2022, sugirió que comer tarde la primera o la última comida se asocia a un mayor riesgo de enfermedad cardiovascular.
Del mismo modo, un ayuno nocturno de mayor duración se asoció a un menor riesgo de enfermedades cerebrovasculares como el ictus. Los resultados, publicados en la revista ‘Nature Communications’, sugirieron la importancia del horario y el ritmo de las comidas diarias para reducir el riesgo de enfermedades cardiovasculares.
Las enfermedades cardiovasculares son la principal causa de muerte en el mundo según el estudio Global Burden of Disease, con 18,6 millones de muertes anuales en 2019, de las cuales alrededor de 7,9 son atribuibles a la dieta.
Por lo tanto, los investigadores señalaron que la dieta desempeña un papel fundamental en el desarrollo y la progresión de estas patologías. El estilo de vida moderno de las sociedades occidentales ha dado lugar a hábitos alimentarios específicos, como cenar tarde o saltarse el desayuno.
INGESTA DE ALIMENTOS
Además de la luz, el ciclo diario de ingesta de alimentos (comidas, tentempiés, etc.) alternado con periodos de ayuno sincroniza los relojes periféricos, o ritmos circadianos, de los distintos órganos del cuerpo, influyendo así en funciones cardiometabólicas como la regulación de la presión arterial.
El equipo científico utilizó datos de 103.389 participantes en la cohorte francesa NutriNet-Santé (el 79% de los cuales eran mujeres, con una edad media de 42 años) para estudiar las asociaciones entre los patrones de ingesta de alimentos y las enfermedades cardiovasculares.
Los resultados mostraron que realizar la primera comida más tarde en el día (como cuando se salta el desayuno), se asoció a un mayor riesgo de enfermedad cardiovascular, con un aumento del 6% del riesgo por hora de retraso. Por ejemplo, una persona que come por primera vez a las 9 de la mañana tiene un 6% más de probabilidades de desarrollar una enfermedad cardiovascular que otra que come a las 8.
En cuanto a la última comida del día, comer tarde (después de las 9 de la noche) se asocia a un aumento del 28% del riesgo de padecer enfermedades cerebrovasculares, como el ictus, en comparación con comer antes de las 8 de la noche, sobre todo en las mujeres.
Asimismo, una mayor duración del ayuno nocturno -el tiempo transcurrido entre la última comida del día y la primera del día siguiente- se asoció a un menor riesgo de enfermedad cerebrovascular, lo que respalda la idea de realizar la primera y la última comida del día más temprano.
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