La disminución de un punto porcentual del crecimiento de China frenaría en una décima el PIB de la eurozona y en cuatro la inflación
MADRID, 15 (EUROPA PRESS)
El debilitamiento de la actividad económica de China, una vez difuminado el impulso a principios de año de la reapertura tras levantarse las medidas frente a la Covid, conlleva un riesgo a la baja sobre los niveles de actividad de las principales economías mundiales, según advierte en un artículo el Banco de España.
En su análisis, la institución señala que, dada la relevancia de China para la economía mundial, pues supone un 18% del PIB global en paridad del poder adquisitivo, un debilitamiento de su actividad podría acarrear “consecuencias significativas” para la actividad económica del resto del mundo.
En este sentido, destaca que un menor crecimiento de China se transmitiría al resto del mundo a través de varios canales, incluyendo el comercio internacional y la demanda de materias primas, así como también a través de un posible aumento de la incertidumbre y de un deterioro de la confianza, que podrían tener repercusiones en los mercados financieros internacionales.
En este último caso, destaca que, si bien se esperaría que la exposición financiera directa fuera, en principio, limitada, dado que la dependencia global respecto a China ha aumentado apreciablemente un deterioro de sus perspectivas de crecimiento podría inducir efectos indirectos más pronunciados sobre los mercados financieros, incluyendo caídas en las bolsas a escala global y repuntes de las primas de riesgo.
De este modo, según la simulación realizada por Banco de España, que implica una serie de perturbaciones transitorias originadas a partir de una disminución del crecimiento de China de un punto porcentual durante un año, daría como resultado la reducción del crecimiento global de medio punto porcentual.
En el caso de las economías avanzadas, el impacto en el crecimiento del PIB sería de dos décimas, dado que el efecto restrictivo de las perturbaciones comerciales y financieras se vería contrarrestado por el efecto expansivo derivado de la disminución de los precios de las materias primas.
Entre las economías avanzadas, el crecimiento del PIB en Estados Unidos y el área del euro caería alrededor de una décima en el primer año, principalmente debido a los efectos asociados al aumento de la incertidumbre en los mercados financieros, mientras que el efecto restrictivo del canal comercial sería algo menor y se producirían efectos claramente expansivos de la reducción de los precios de las materias primas.
Por el contrario, la contracción de la actividad sería más significativa en el agregado de economías emergentes (-0,8 puntos porcentuales) y, en particular, en los países productores de materias primas y en algunas economías asiáticas con lazos comerciales más estrechos con China.
En cuanto a los efectos sobre la inflación, el escenario simulado generaría “presiones desinflacionistas generalizadas”, asociadas fundamentalmente al abaratamiento de las materias primas, que Banco de España apunta “serían más pronunciadas en las economías emergentes” por el mayor impacto sobre su actividad.
En concreto, el impacto total sobre la inflación global en el primer año sería una resta de seis décimas, con un impacto negativo de alrededor de medio punto porcentual en las economías avanzadas y de unas siete décimas en las emergentes.
En el caso de Estados Unidos, el efecto sobre la inflación supondría la resta de medio punto porcentual, mientras que en la eurozona aliviaría en cuatro décimas la subida de los precios.
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