MADRID, 05 (SERVIMEDIA)
El ritmo del cambio climático aumentó “de forma alarmante” entre 2011 y 2020, que fue la década más cálida desde que hay registros, según un nuevo informe de la Organización Meteorológica Mundial (OMM), agencia de la ONU especializada en el tiempo, el clima y el agua.
Este informe, dado a conocer este martes coincidiendo con la 28ª Cumbre del Clima, conocida como COP28 y que se celebra desde el pasado jueves en Dubái (Emiratos Árabes Unidos).
Durante esa década, el continuo aumento de las concentraciones de gases de efecto invernadero dio lugar a temperaturas terrestres y oceánicas sin precedentes, y potenció una aceleración drástica de la fusión de los hielos y el aumento de nivel del mar.
El informe da la voz de alarma, en particular, por la profunda transformación en las regiones polares y de alta montaña. Los glaciares perdieron alrededor de un metro de espesor al año, lo cual supone una pérdida sin precedentes y tiene repercusiones a largo plazo respecto al abastecimiento de agua para muchos millones de personas.
Entre 2011 y 2020, el manto de hielo continental antártico perdió casi un 75% más de hielo que en 2001-2010, lo que, según la OMM, es un “hecho preocupante en relación con el futuro aumento de nivel del mar que pondrá en peligro la existencia de regiones y países costeros de baja altitud”.
NOTA POSITIVA
No obstante, la nota positiva es que el agujero en la capa de ozono de la Antártida fue menor que en las dos décadas anteriores, gracias al éxito de las medidas internacionales concertadas para suprimir progresivamente las sustancias químicas que agotan la capa de ozono, lo que demuestra el éxito del Protocolo de Montreal.
“Desde los años 90 del siglo pasado, cada década ha sido más cálida que la anterior y no vemos señales inmediatas de que esta tendencia vaya a invertirse. El número de países que registraron temperaturas máximas sin precedentes fue mayor que en cualquier otra década”, según Petteri Taalas, secretario general de la OMM.
Taalas añadió: “Nuestros océanos se calientan cada vez más y más rápido y el ritmo de aumento del nivel del mar casi se ha duplicado en menos de una generación. Estamos perdiendo la carrera para salvar nuestros glaciares y mantos de hielo que se derriten”.
“Ello se ve impulsado inequívocamente por las emisiones de gases de efecto invernadero procedentes de las actividades humanas”, indicó, antes de agregar: “Tenemos que reducir las emisiones de gases de efecto invernadero como prioridad máxima y absoluta para el planeta, a fin de evitar que el cambio climático se descontrole”.
CLIMA “CADA VEZ MÁS EXTREMO”
Taalas subrayó que el clima es “cada vez más extremo y tiene un impacto claro y demostrable en el desarrollo socioeconómico”. “Las sequías, las olas de calor, las crecidas, los ciclones tropicales y los incendios forestales dañan las infraestructuras, destruyen las cosechas, limitan el abastecimiento de agua y provocan desplazamientos masivos”, comentó, al tiempo que recalcó: “Numerosos estudios muestran que, en particular, el riesgo de calor intenso ha aumentado de manera considerable en la última década”.
El informe documenta cómo los fenómenos extremos a lo largo de la década entre 2011 y 2020 tuvieron efectos devastadores, especialmente en la seguridad alimentaria, los desplazamientos y la migración.
Pero también muestra cómo las mejoras en las predicciones, las alertas tempranas y la coordinación de la gestión y respuesta en materia de desastres están dando resultado. El número de víctimas por fenómenos extremos ha disminuido, lo cual está asociado a la mejora de los sistemas de alerta temprana, si bien las pérdidas económicas han aumentado.
Y la financiación pública y privada para el clima casi se duplicó entre 2011 y 2020, aunque debería ser al menos siete veces mayor de aquí a finales de la presente década para alcanzar los objetivos climáticos de que el calentamiento global no supere los 1,5 grados respecto a los niveles preindustriales.
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