MADRID, 04 (SERVIMEDIA)
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, equiparó este lunes la reunión este sábado del PSOE con Junts en Ginebra con las que mantuvo el Ejecutivo de José María Aznar con la banda terrorista ETA en la misma ciudad de suiza.
Sánchez, en una entrevista en la Cadena SER recogida por Servimedia, denunció las críticas de la derecha a las reuniones que están manteniendo dirigentes socialistas con los de la formación que lidera Carles Puigdemont poniendo el foco en que se trata de reuniones de partidos y no del Gobierno, como remarcó que hizo en su día Aznar buscando la desaparición de ETA.
“El Gobierno de Aznar, no el partido, sino el Gobierno, se reunió con ETA para resolver una violencia que estaba dañando a nuestra democracia”, ahondó Sánchez, tras poner el foco en que “llama mucho la atención” ahora que “la derecha haya puesto el grito en el cielo” incluso con “golpes en el pecho” sobre estas reuniones porque “si uno mira hacia hacia atrás, en circunstancias mucho más difíciles, negociaciones muchísimo más complejas porque afectaban a la violencia y al fin del terrorismo”, el Ejecutivo de Aznar se reunía en Suiza con una “banda terrorista, con ETA”.
Tras justificarla y ahondar en que toca “diferenciar lo que es el secretismo de lo que es la obligada discreción”, el líder socialista apuntó que la reunión de este sábado será una de tantas de las que se desarrollarán “tanto dentro como fuera” de España, en las que se negociará “sobre lo acordado” con el “compromiso” de la Constitución “como marco” y el diálogo “como método”, dijo sobre el encuentro del secretario de Organización del PSOE, Santos Cerdán, entre otros, con varios dirigentes de Junts.
Sánchez avanzó que el verificador acordado con los de Puigdemont para sus negociaciones “en principio” no será el mismo que el que se encargará de acompañar los contactos del PSOE con ERC, que se pondrán en marcha en próximas reuniones.
Destacó la figura que ejercerá el diplomático salvadoreño Francisco Galindo porque “se trata es de tener a alguien que facilite ese proceso de negociación” y que se puedan “llegar a acuerdos, porque eso será bueno para el conjunto de la sociedad catalana y el conjunto de la sociedad española”.
El secretario general del PSOE confirmó que se reunieron “efectivamente en este caso en Ginebra”, en “la primera de otras muchas reuniones” que tendrán lugar “tanto fuera como dentro de España” para lograr el “objetivo noble” e “importante para la sociedad catalana y el conjunto de la sociedad española, que es la convivencia” y “restaurar todos aquellos puentes que se rompieron durante el aciago año 2017”. En dicho encuentro solo abordaron “la metodología de trabajo” y “la persona que iba a actuar como verificador”, sostuvo Sánchez.
En ese horizonte, el presidente defendió que la ley de amnistía, por la que dijo que nadie le pregunta a nivel comunicatario, “no se tramita sobre el vacío sino sobre un contexto concreto con dos dimensiones” que pasan por una que es “global”, que emana del resultado del 23-J y la disyuntiva de elegir entre el “avance de la derecha y la otra derecha” o uno de “corte progresista”; y el de poner “el contador a cero”, de “llevarnos a ese punto antes de 2017 donde nos separamos”. “La amnistía no significa poner la memoria a cero”, sino el “contador a cero” para la “normalización política” en Cataluña, esgrimió.
El jefe del Ejecutivo justificó las reuniones en Ginebra en que “algunos” de los interlocutores “no viven en España” y, aunque no definió a Puigdemont como un prófugo de la justicia, no puso “en duda” que esté fuera por ese motivo y se limitó a decir que es un “debate legítimo” que el expresidente catalán debe rendir cuentas ante la justicia, como él propio Sánchez defendía antes. “Ese debate, que es legítimo y es algo que que se ha señalado a lo largo de estos últimos años, tiene una una razón de ser pero, insisto, creo que lo más relevante es que entre todos logremos superar lo que lo que sucedió en 2017”, remachó .
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