MADRID, 01 (SERVIMEDIA)
Las mujeres embarazas con obesidad presentan un mayor riesgo de sufrir complicaciones obstétricas como preeclampsia, o tensión alta en la gestación, y parto por cesárea, según un estudio. Además, tienen una mayor dificultad técnica para que les realicen el diagnóstico prenatal, clave para la detección de problemas en el bebé.
Así lo constata un nuevo estudio desarrollado por ginecólogos del Hospital Universitario La Paz de Madrid, presentado en el 37º Congreso Nacional de la Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia (SEGO).
La investigación concluye que las mujeres gestantes con obesidad presentan mayor dificultad técnica en el diagnóstico prenatal, “aumentando teóricamente el riesgo de malformaciones en el feto, así como el número y tiempo de las exploraciones ecográficas” necesarias en el embarazo.
Ello es debido a “mala visualización del feto por la mala transmisión materna de las ondas de ultrasonidos, debido a su mayor índice corporal”, lo que podría disminuir la tasa de detección de anomalías en los futuros bebés, aunque esto no ha sido confirmado en este estudio.
Por ello, los autores señalan que la optimización del peso de la mujer antes del embarazo desde una consulta preconcepcional podría ser la herramienta más eficaz para prevenir los resultados perinatales adversos en estas pacientes.
Asimismo, el estudio demostró que existe una mayor tasa de complicaciones obstétricas como la preeclampsia o enfermedad hipertensiva del embarazo, la diabetes gestacional, parto pretérmino (antes de las 37 semanas de gestación), el parto instrumental, la cesárea, la hemorragia puerperal (postparto), la distocia de hombros (dificultad en la salida espontánea de los hombros del feto durante el parto) o incluso muerte perinatal.
MÁS DE 3.500 GESTANTES
La investigación se desarrolló en una cohorte de 3.501 pacientes para valorar las dificultades que presentaban las pruebas ecográficas según el índice de masa corporal (IMC) materno y la necesidad de incrementar el número de este tipo de exploraciones, así como los resultados perinatales materno-fetales.
Los resultados de la investigación determinaron un mayor porcentaje de pacientes con alto riesgo de preeclampsia en las embarazadas con mayor IMC, que llegó al 19% y 23% en las que tenían obesidad clase I y obesidad clase II, mientras que la tasa de cesárea también fue mayor en estos dos grupos de pacientes (35,3% y 48,5%).
El estudio también demuestra que se produjo un aumento de las exploraciones ecográficas vaginales al aumentar el IMC de las pacientes y concluye que las mujeres gestantes presentan mayor dificultad en la realización de las ecografías obstétricas, tanto la ecografía del primer como la del segundo trimestre.
Existe una peor transmisión de ultrasonidos a medida que aumenta el índice de masa corporal, que llegó a alcanzar el 20,3% en las mujeres con sobrepeso, el 52,1% en mujeres con obesidad I y hasta un 67,1% en aquellas que presentaban obesidad II.
En el caso de la ecografía del primer trimestre, se produjo un aumento paulatino de las exploraciones ecográficas vaginales al aumentar el IMC para la correcta valoración fetal, que llegó al 32,5% en obesidad I y 46,2% en obesidad II, y también se detectó una tendencia a la necesidad de repetir la ecografía morfológica para conseguir una óptima exploración de la anatomía fetal.
Por último, se registró que hasta en el 12,7% de las pacientes con obesidad I y II fueron necesarias más de tres ecografías durante la gestación frente al 10,2% de las pacientes en los grupos de peso normal y sobrepeso.
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