MADRID, 29 (EUROPA PRESS)
Un equipo, formado por expertos en farmacogenética de la Universidad Autónoma de Madrid (UAM) y del Hospital Universitario de La Princesa, ha cuestionado la utilidad clínica de un biomarcador que se ha supuesto como prometedor para tratamientos farmacológicos personalizados.
Los resultados, publicados en la revista ‘Clinical Pharmacology and Therapeutics’, resaltan la importancia de una evaluación rigurosa y continua de los biomarcadores farmacogenéticos antes de su implementación en la práctica clínica.
En este sentido, los expertos aseguran que la implementación de biomarcadores farmacogenéticos en la práctica clínica ha revolucionado el tratamiento personalizado de los pacientes. Estos biomarcadores permiten identificar a aquellos pacientes con un mayor riesgo de sufrir reacciones adversas a medicamentos (RAM) o una menor eficacia de los mismos, lo que facilita el ajuste de las terapias para prevenir eventos indeseables.
Un ejemplo con un medicamento muy común es el de los metabolizadores lentos de CYP2C9, enzima clave en el metabolismo del ibuprofeno, quienes presentan un riesgo significativamente mayor de RAM con las dosis estándar y, por tanto, requieren una reducción de la dosis para garantizar su eficacia y minimizar el riesgo de RAM, indican los autores.
Recientemente, la Unidad de Farmacogenética del Hospital Universitario La Princesa estudió un haplotipo -agrupación física de variantes genómicas- asociado con el metabolismo ultrarrápido de varios sustratos de CYP2C19. Concretamente, investigó el impacto del haplotipo CYP2C:TG en tres variables: la variabilidad farmacocinética de varios fármacos, la concentración proteica de diferentes enzimas en el tejido hepático humano y la actividad enzimática ‘in vitro’.
Estas investigaciones se desarrollaron con la colaboración del Children’s Mercy Research Institute, Kansas City, Estados Unidos, en lo referente a las muestras de tejido hepático para el estudio. De acuerdo con los resultados, publicados en la revista ‘Clinical Pharmacology and Therapeutics’, los investigadores no observaron “ningún impacto significativo de este haplotipo en ninguna de dichas variables”. Sin embargo, sí detectaron un aumento en la concentración hepática de CYP2C18 en presencia del alelo CYP2C19*17, sugiriendo que CYP2C18 podría influir en el metabolismo global de ciertos fármacos.
DEBATE CIENTÍFICO
Los hallazgos de este estudio han generado un debate científico, y tras intercambiar correspondencia con los autores de un trabajo anterior que descubrió dicho haplotipo, ambos grupos coinciden en que aún no existen pruebas suficientes que justifiquen la implementación del genotipado de CYP2C:TG en la práctica clínica actual.
“El efecto de este haplotipo parece ser muy pequeño o nulo, y son necesarios varios estudios adicionales independientes que confirmen la asociación antes de considerar su relevancia clínica”, aseguran los autores.
“Es tan importante implementar en la práctica clínica aquellos biomarcadores con suficiente relevancia como controlar el entusiasmo que puedan provocar algunos hallazgos de investigación con respecto a biomarcadores farmacogenéticos”, subrayan.
- Te recomendamos -