MADRID/BARCELONA, 23 (SERVIMEDIA)
El Defensor del Pueblo, Ángel Gabilondo, afirmó jueves que “basta escuchar a las niñas, niños y adolescentes para reconocer su reivindicación, no solo de intervenir en las decisiones que les incumben, sino de participar, esto es, de formar parte de ellas”.
Según aseguró, los menores y los jóvenes “reivindican explícitamente el no mantenerse al margen de las modificaciones legislativas” y solicitan que éstas “no solo se realicen desde el enfoque de sus derechos, es decir pensando idealmente en ellos, sino con ellos”.
Así lo expresó en la inauguración de las XXXVI Jornadas de Coordinación de Defensores del Pueblo que, bajo el título “Proteger a la infancia protegiendo sus derechos: un reto desde las defensorías”, reúnen hasta este viernes en Barcelona a titulares y técnicos de las defensorías de las comunidades autónomas de Andalucía, Galicia, el País Vasco, Aragón, Canarias, la Comunidad Valenciana, Castilla y León, Navarra y Cataluña.
El Defensor del Pueblo, que ha inaugurado estas jornadas junto a la síndica de Greuges de Cataluña, Esther Giménez-Salinas, y al consejero de Derechos Sociales del Gobierno de la Generalitat de Cataluña, Carles Campuzano, recordó que “una sociedad evidencia su escala de valores en cómo trata a sus mayores, a sus menores y a su población reclusa. Ello constituye un verdadero termómetro social”.
Gabilondo también puso en valor la coordinación y la cooperación con los defensores autonómicos y ha señalado que a todos ellos les une la defensa de los derechos fundamentales del Título Primero de la Constitución. “Nos mueve la determinación de la defensa de los derechos humanos, la atención a las personas, a sus problemas, y la voluntad de afrontar la resolución de aquellos asuntos que son, en cada caso, de nuestra competencia. Por ello y para ello supervisamos a la Administración”, destacó.
Asimismo, subrayó que el Defensor del Pueblo y los comisionados autonómicos son instituciones “homólogas, pero no uniformes: son similares” y que es precisamente lo que tienen en común lo que les permite ser diferentes. Tras advertir que “fuera de lo común somos indiferentes”, el Defensor del Pueblo aseguró que la indiferencia es “uno de los grandes peligros sociales que conduce al individualismo y a la falta de solidaridad” y concluyó que dicha solidaridad es “la que la Constitución reclama entre nacionalidades y regiones y la unidad entre ellas”.
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