MADRID, 20 (EUROPA PRESS)
Irene Montero deja el Ministerio de Igualdad con el feminismo dividido y la Ley del sólo sí es sí y la Ley Trans (Ley para la igualdad real y efectiva de las personas trans y para la garantía de los derechos de las personas LGTBI), no exentas de polémicas. La todavía ministra ha compartido este mismo lunes 20 de noviembre, un mensaje del Ministerio de Igualdad en el que se publica el documento ‘Algo habremos hecho’, que recoge los “avances llevados a cabo por el Ministerio de Igualdad del Gobierno de España durante la XIV legislatura”.
“Pese al gran esfuerzo invertido en crecer en recursos y capacidad, este equipo de personas se ha visto en muchos momentos necesitado y merecedor de mucho más, y sin embargo, siempre ha superado los objetivos y resultados planteados, pese a las dificultades sobrevenidas, y con una extraordinaria capacidad de trabajo y de compromiso”, reza el documento consultado por Europa Press.
Sin embargo, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha decidido recuperar Igualdad para el PSOE, que pasa a manos de Ana Redondo, doctora en Derecho Constitucional, concejala de Cultura del Ayuntamiento de Valladolid y número dos de Óscar Puente.
Irene Montero, licenciada en Psicología por la Universidad Autónoma de Madrid (2011), y Máster en Psicología de la Educación (2013), dejó en 2015 el doctorado sobre inclusión educativa que estaba realizando –con una beca de Formación de Profesorado Universitario–, para poder dedicarse a tiempo completo a la política y a sus labores como diputada y dirigente de Podemos. También renunció a una beca en Harvard que ya tenía concedida.
Entre 2010 y 2011 trabajó como empleada de una cadena de electrodomésticos y electrónica que compatibilizó con sus estudios de Psicología. Ademán, en 2009 y 2011 vivió en Chile varios meses.
La madrileña empezó a militar en la Juventud Comunista con 16 años. En 2011, el Movimiento 15-M y la Plataforma de Afectados por la Hipoteca (PAH) marcaron un antes y un después en su carrera política.
Como activista antidesahucios, Montero se empezó a curtir en el debate público ejerciendo de portavoz ocasional de la PAH, principalmente en el programa de la Tuerka que presentaba el entonces todavía profesor universitario y ahora secretario general de Podemos, Pablo Iglesias.
Fue después de las elecciones europeas de mayo de 2014 cuando Montero desembarcó en Podemos, y en otoño de ese año, en la asamblea fundacional de Vistalegre, fue elegida miembro del primer Consejo Ciudadano Estatal (CEE) –el máximo órgano de dirección de la formación–.
Su entrada en la Ejecutiva del partido morado y en el núcleo duro de la formación fue cuestión de meses, ya que en marzo de 2015 fue nombrada secretaria de Coordinación de Áreas y pronto comenzó a ejercer como jefa de gabinete de Iglesias.
En diciembre de 2015 se convirtió en diputada con 27 años, tras resultar elegida en las primeras elecciones generales a las que se presentó Podemos desde su nacimiento como partido. Montero concurrió entonces como número 4 por Madrid y asumió la portavocía adjunta del grupo confederal Unidas Podemos.
En la asamblea de Vistalegre II de febrero de 2017, la diputada madrileña se encumbró como la segunda dirigente con más influencia del partido morado, después de Iglesias, y sustituyó en la Portavocía titular del Congreso al exdirigente ‘morado’ Íñigo Errejón. Finalmente, llegó al Gobierno con 31 años para hacerse cargo del Ministerio de Igualdad durante casi tres años.
LEY DEL SÓLO SÍ ES SÍ
La Ley de Garantías de la Libertad Sexual, más conocida como Ley del ‘Solo sí es sí’, y la Ley Trans y por los derechos de las personas LGTBI+, han marcado el mandato de Irene Montero en el Ministerio de Igualdad, por provocar la división del propio Ejecutivo, además de la del movimiento feminista.
La reforma de los delitos sexuales se impulsó tras las críticas a la sentencia de La Manada cuando todavía gobernaba Mariano Rajoy. Con Sánchez en el Gobierno y Montero como ministra de Igualdad esta modificación tomó forma con el objetivo de “poner el consentimiento en el centro” del delito, así como para unificar los delitos de abuso y agresión en el Código Penal, entre otras cuestiones.
La Ley del ‘solo sí es sí’ fue aprobada definitivamente en agosto de 2022 y entró en vigor en octubre de ese mismo año de forma parcial y totalmente el 7 de marzo de 2023. Desde entonces, se han contabilizado, según el CGPJ, más de 1.000 revisiones de condenas a agresores sexuales y más de un centenar de excarcelaciones, que a lo largo de meses provocaron alarma social y las peticiones constantes por parte de la oposición de que el texto fuera modificado.
Cuatro meses después de su entrada en vigor y ante la imposibilidad de que PSOE y Podemos pudieran llegar a un acuerdo sobre la cómo reformar la norma, los socialistas registraron su propia propuesta en el Congreso que fue aprobada el pasado abril con el voto en contra de los ‘morados’ y la mayoría de los socios del Gobierno en el Parlamento. En este sentido, Montero defendía la redacción inicial del texto y en especial la necesidad de poner el consentimiento en el centro de la norma, pero recientemente reconocía el “error garrafal” y lo atribuía al Ministerio de Justicia.
LEY TRANS
El Congreso aprobó el pasado 16 de febrero la Ley Trans y de garantía de los derechos LGTBI que permite que el colectivo pueda realizar un cambio de nombre y sexo en el Registro Civil sin ningún requisito, a partir de los 16 años.
En esta línea, esta ley supone la despatologización del colectivo, ya que elimina los requisitos necesarios hasta ahora para acceder a este procedimiento: un diagnóstico médico que acredite una disforia de género y tratamiento hormonal durante, al menos, dos años.
Con este texto, basta con que se solicite el cambio por escrito, sin necesidad de presentar pruebas ni testigos. Esta decisión deberá ser ratificada tres meses después y existe un plazo de un mes para su resolución. Es decir, durará unos cuatro meses.
Por otro lado, entre los compromisos cumplidos por Montero, destaca la aprobación del Plan Corresponsables, con una dotación económica de 190 millones de euros para la conciliación de las familias; o la eliminación de la aplicación del Síndrome de Alienación Parental, mediante la aprobación de la Ley Orgánica de protección integral a la infancia y la adolescencia frente a la violencia.
ATAQUES MACHISTAS Y LENGUAJE INCLUSIVO
Montero no se ha librado de ataques machistas, incluso en el Parlamento. Uno de los más sonados fue el proferido por Carla Toscano, parlamentaria de Vox, en el hemiciclo, cuando le espetó que su único mérito era “haber estudiado en profundidad” a Pablo Iglesias, su pareja y fundador de Podemos.
La ministra Montero, que aguantó en la bancada azul la diatriba de Vox, tomó la palabra para pedir que no se quitara nada del Diario de Sesiones y así dejar constancia de la “violencia política” habida en la sede de la soberanía popular y de “quien la ejerce”.
“Para que después de mí no venga ninguna otra”, enfatizó Montero, visiblemente emocionada, para, a continuación, prometer que las feministas y las demócratas van a parar los pies a “esta banda de fascistas”, en alusión a Vox, con “más derechos”.
También ha impulsado la apertura del discurso desde las instituciones “a las realidades no binarias” y decir “todas, todos y todes”, una iniciativa que no se ha librado de críticas y burlas. “Si nos quieren ridiculizar por decir todes, que lo hagan, porque hay algo mucho más importante que la ridiculización de cualquier cargo público que diga todes y es que una persona no binaria sepa que hay alguien en las instituciones que sabe que existen, que tienen derechos y que esos derechos tienen que ser reconocidos”, dijo recientemente para añadir que ésta es otra deuda pendiente que, “sin duda, el Estado tendría que apresurarse a saldar”.
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