La menor cotización social del trabajador explica el 75% de la diferencia con la Eurozona
MADRID, 16 (EUROPA PRESS)
La presión fiscal en España aumentó 2,9 puntos desde la llegada de la pandemia hasta 2022, situándose en el 38,3% del PIB, frente al incremento de dos décimas, en media ponderada, registrado en la Unión Europea en este periodo y a la subida de cinco décimas experimentada en la zona euro, hasta el 41,2% y el 41,9%, respectivamente.
Así lo refleja un trabajo sobre ‘presión fiscal en España y en la UE’, elaborado por la Fundación de Estudios de Economía Aplicada (Fedea), del que se extrae que, pese a este mayor incremento, la presión fiscal en España sigue siendo inferior a la media de la Eurozona en 3,6 puntos de PIB.
El incremento de la presión fiscal en España del 35,4% al 38,3% del PIB está asentada en buena parte en la imposición sobre la renta (+1,9% del PIB) y dentro de ésta, en los impuestos personales (+1,25% del PIB), sobre todo, consecuencia de la no actualización de la tarifa y las deducciones personales en el IRPF.
El estudio también apunta a que los impuestos sobre el consumo también han aportado al crecimiento de la recaudación (0,5% del PIB) si bien en menor medida que los que giran sobre la renta; al igual que las cotizaciones sociales (0,5% del PIB) concentrada en la cuota social del empleador (0,5% de PIB).
Esta evolución ha reducido el diferencial de presión fiscal en España respecto a la media (ponderada) de la Unión Europea hasta situarla en -2,9 puntos de PIB y -3,6 puntos con la zona euro. La presión fiscal en España, no obstante, es mayor que la media de la UE y la zona euro utilizando la media aritmética (+1 y +0,4% de PIB, respectivamente), advierten desde la Fundación.
El análisis de la diferencia por tipos de ingresos refleja que tres cuartas partes de la menor presión fiscal con la media de la zona euro está localizada en la cotización social del trabajador (-2,7 puntos de PIB).
Le sigue a bastante distancia la que gira sobre el consumo (-1 punto de PIB), una tercera parte de la cual está en el IVA (-0,3 puntos de PIB), y la de los impuestos sobre la renta (1 punto de PIB), con mayor peso en el impuesto sobre los beneficios de las corporaciones (0,6 puntos de PIB). La cuota social del empleador, sin embargo, recauda bastante más de la media de la zona Euro (1,8 puntos de PIB).
Según ha sugerido Fedea, para alcanzar una distribución de la presión fiscal igual a la de los países del euro se necesitaría aumentar la imposición sobre la renta y el consumo, pero, sobre todo, aumentar la cuota social del trabajador reduciendo su salario neto en un 7,3%.
“La distribución de las diferencias por tipos de tributos y de cotizaciones sociales muestra una estructura bastante peculiar del sistema tributario español”, ha alertado la Fundación.
Esta situación mejoraría si se aplicarán las recomendaciones del último Comité de expertos en esta materia, con objeto de ampliar las bases imponibles para incrementar la recaudación ayudando a mejorar el crecimiento de la economía española.
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