MADRID, 19 (SERVIMEDIA)
Las 25 principales compañías mundiales del petróleo y el gas podrían haber pagado su parte de los daños climáticos globales asociados a sus actividades y productos desde 1985, y seguir siendo rentables.
En concreto, los daños climáticos mundiales derivados de las emisiones asociadas a estas empresas entre 1985 y 2018 ascienden a 20 billones de dólares, frente a los 30 billones de dólares que ganaron durante ese mismo periodo.
Así figura en un estudio realizado por Climate Analytics, organización que desempeña un papel clave en iniciativas como el informe de la brecha de producción, auspiciado por el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (Pnuma), y el Climate Action Tracker, que es la referencia para evaluar los planes climáticos.
El informe profundiza en el debate sobre pérdidas y daños climáticos, y en la responsabilidad histórica de las empresas petroleras y gasísticas en el calentamiento actual, con lo que se basa en el principio de ‘quien contamina paga’ para defender la necesidad de gravar sus beneficios.
La publicación de este estudio se produce cuando el debate sobre pérdidas y daños se intensifica con vistas a la Cumbre del Clima -conocida como COP28-, que comenzará en Dubái (Emiratos Árabes Unidos) el próximo 30 de noviembre y que tiene entre sus objetivos acordar nuevas fuentes innovadoras de financiación más allá de los países donantes ricos para ayudar a limitar el calentamiento global a 1,5 grados respecto a la era preindustrial.
Los tres mayores emisores son Aramco (Arabia Saudí), Gazprom (Rusia) y National Iranian Oil Company (Irán). Y las principales compañías propiedad de inversores resultan ser ExxonMobil y Chevron (Estados Unidos), y Shell y BP (Reino Unido). La lista de los 25 gigantes del petróleo y el gas también incluye a Abu Dhabi National Oil Company, dirigida por el sultán Ahmed Al Jaber, presidente de la COP28.
“Estas grandes empresas de petróleo y gas conocen el cambio climático desde hace décadas, pero han redoblado su modelo de negocio. Han obtenido enormes beneficios financieros, mientras que el cambio climático se ha intensificado y ha dejado a los pueblos vulnerables, y en particular a los países en desarrollo, pagando la factura”, según Carl-Friedrich Schleussner, autor principal del estudio.
Los autores utilizaron una estimación intermedia del coste social del carbono (185 dólares por tonelada de CO2) para calcular las estimaciones de daños. A las grandes petroleras se les atribuyó un tercio de los daños y compartieron la responsabilidad en partes iguales con los gobiernos y los consumidores.
GANANCIAS RÉCORDS
En 2022, los precios de la energía se dispararon y las ganancias financieras de las empresas de petróleo y gas alcanzaron niveles récord. Aramco anunció lo que su director ejecutivo llamó “probablemente el ingreso neto más alto jamás registrado en el mundo empresarial”.
Para 2022, los autores pudieron recopilar datos para un subconjunto de siete grandes empresas de carbono, incluidas Aramco, Exxon Mobil y Shell, que muestran que las ganancias fueron casi el doble de los daños estimados causados por sus emisiones ese año: 497.000 millones de dólares, en comparación con 260.000 millones de dólares.
El informe también compara los daños a los fondos soberanos, que se crearon en gran medida a partir de las ganancias de la extracción de combustibles fósiles.
Emiratos Árabes Unidos, anfitrión de las negociaciones internacionales sobre el clima de este año, alberga los mayores fondos soberanos combinados. La mitad de sus fondos podría pagar los daños causados por las emisiones asociadas a su industria de petróleo y gas entre 1985 y 2018, y todavía tendría una riqueza de 700 mil millones de dólares.
“Desde su creación, estos fondos han crecido hasta tal punto que está claro que la “riqueza fósil” se está perpetuando. Pero el otro legado de esta riqueza es la devastación climática”, afirmó Marina Andrijevic, coautora del informe.
El año pasado, la COP27 de Sharm el Sheij (Egipto) acordó que existe la necesidad de nuevas fuentes de financiación para pérdidas y daños. Mia Mottley, primera ministra de Barbados, pidió específicamente un impuesto de un 10% sobre las ganancias de las empresas de petróleo y gas con destino a un fondo de pérdidas y daños.
“Tras las enormes ganancias del año pasado, algunas de estas empresas están retrocediendo en sus compromisos climáticos, lo que demuestra que no podemos confiar en que lo hagan por sí solas, y ciertamente no al ritmo que necesitamos. Los gobiernos deberían intervenir y cobrar impuestos a los contaminadores para que paguen por las pérdidas y daños que están causando. También necesitamos un compromiso firme en el resultado de la COP28 para eliminar gradualmente los combustibles fósiles para mantener vivo el objetivo de 1,5°C”, concluyó Schleussner.
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