El JEM y el SLM denuncian “crímenes contra la humanidad” por parte de las RSF y acusan al grupo de intentar “dividir Sudán”
MADRID, 17 (EUROPA PRESS)
Dos antiguos grupos rebeldes de Sudán que operan en la región de Darfur (oeste) han anunciado este viernes que combatirán junto al Ejército a las paramilitares Fuerzas de Apoyo Rápido (RSF), que han logrado en las últimas semanas importantes avances en la zona y que ha sido acusadas de abusos y atrocidades contra minorías.
Los grupos que suman así sus fuerzas al Ejército sudanés, encabezado por Abdelfatá al Burhan, son el Movimiento de Liberación de Sudán (SLM) y el Movimiento Justicia e Igualdad (JEM), firmantes del acuerdo de paz alcanzado en 2020 en la capital de Sudán del Sur, Yuba, para intentar poner fin al conflicto en el país africano.
El JEM y el SLM han indicado en un comunicado conjunto que “el país atraviesa desde hace meses una etapa peligrosa y sin precedentes” a causa de la “devastadora guerra” entre el Ejército y las RSF, a las que ha acusado de “violaciones, asesinatos, saqueos, mutilaciones, ocupación de viviendas, secuestro de mujeres y destrucción de infraestructuras”.
“Esta guerra no es como las anteriores, dado que está dirigida directamente contra ciudadanos en sus hogares”, han denunciado, antes de defender que desde el inicio de las hostilidades han hecho “grandes esfuerzos” junto a otros grupos rebeldes firmantes del acuerdo de paz de 2020 para poner fin a los combates.
Sin embargo, han incidido en que las RSF “trasladaron la guerra de Jartum a Kordofán y luego a Darfur”, lo que ha provocado que “la división del país esté a la vuelta de la esquina”. “Por ello, hemos decidido plantarnos ante el proyecto de fragmentación y división del país por parte de las RSF junto a otras milicias y mercenarios extranjeros”, han argüido.
En este sentido, ambos grupos han anunciado que “dejan de lado la neutralidad” ante los “crímenes contra la humanidad” por parte del grupo paramilitar y sus aliados y han incidido en que “declaran que participarán en operaciones militares en todos los frentes, sin mostrar la más mínima duda”.
Asimismo, han expresado su rechazo a “todas las conspiraciones internas y extranjeras que buscan dividir Sudán” y han manifestado que “no permitirán que Darfur sea una puerta para la desintegración” del país, por lo que han pedido a la comunidad internacional que “adopte una postura clara para detener la guerra y preservar la soberanía nacional”.
“Pedimos a los países de la región que apoyan a las milicias de las RSF en la guerra contra Sudán que detengan inmediatamente su flagrante interferencia en los asuntos sudaneses”, han manifestado, al tiempo que han reclamado un “alto el fuego inmediato y permanente” para evitar la expansión y prolongación de la guerra.
ATAQUES CONTRA “CIUDADANOS INDEFENSOS”
Posteriormente, el líder del JEM, Yibril Ibrahim, ha incidido en un comunicado que el grupo “ha decidido abandonar su posición de neutralidad adoptada de forma colectiva al inicio de la guerra” debido a que “ha quedado absolutamente claro que las RSF y sus mercenarios están atacando a ciudadanos indefensos” en Darfur.
Así, ha acusado a las RSF, lideradas por Mohamed Hamdan Dagalo, alias ‘Hemedti’, de cometer “violaciones horribles y sin precedentes”, al tiempo que ha dicho que las actividades del grupo y los “mercenarios” que lo apoyan “amenaza la unidad de la nación, el territorio y el pueblo”.
“La unidad de la nación es una ‘línea roja’ sin la que no hay un camino hacia adelante. Debemos combatir a todos los ataquen a nuestros civiles indefensos y a los que amenacen la unidad del país”, ha zanjado Ibrahim, según un comunicado publicado por el JEM a través de su cuenta en la red social Facebook.
Por su parte, el líder del SLM y gobernador de Darfur, Minni Minnawi, ha defendido que la decisión del grupo de mantenerse neutral buscaba “impedir una expansión del alcance de los enfrentamientos militares”, si bien ha argüido que las “violaciones generalizadas” por parte de las RSF han provocado un cambio en esta postura.
“Dividir Sudán es uno de los objetivos de la guerra actual entre el Ejército y las RSF”, ha sostenido durante una rueda de prensa junto a Ibrahim, tal y como ha recogido el portal sudanés de noticias Sudan Tribune.
El JEM y el SLM se alzaron en armas en Darfur en 2003 tras acusar al régimen de Omar Hasán al Bashir –derrocado en 2019– de marginar a comunidades negras de la región, lo que se vio seguido por una dura represión encabezada por milicias árabes conocidas como ‘yanyauid’, germen de las actuales RSF.
DENUNCIAS DE LA ONU SOBRE LA EJECUCIÓN DE CIVILES EN DARFUR
Naciones Unidas ha expresado este mismo viernes su “alarma extrema” por las informaciones sobre el asesinato de “cientos” de civiles de la comunidad masalit en ataques perpetrados por las RSF y milicias árabes aliadas en la región de Darfur tras hacerse el 4 de noviembre con el control de la base del Ejército en Ardamata, situada en los alrededores de El Geneina, capital de Darfur Occidental.
Jeremy Laurence, uno de los portavoces de la Oficina de Derechos Humanos de las Naciones Unidas, ha indicado que este incidente, que tuvo lugar a principios de mes, “es otro ataque en masa con motivaciones étnicas contra civiles masalit no árabes en Darfur Occidental durante los últimos meses”, antes de señalar que “algunas de las víctimas fueron ejecutadas de forma sumaria o quemadas vivas”.
“Mujeres y niñas fueron sometidas a violencia sexual en el campamento de desplazados internos de Ardamata y en algunas viviendas”, ha denunciado Laurence, que ha recalcado que miles de personas han huido del lugar, con algunas de ellas cruzando la frontera hacia el vecino Chad. Por ello, ha pedido investigaciones “independientes” y una rendición de cuentas por parte de los responsables de estos abusos, que “podrían constituir crímenes bajo el Derecho Internacional”.
La guerra, que estalló el 15 de abril tras fuertes discrepancias entre el Ejército y las RSF sobre la integración del grupo paramilitar en el seno de las Fuerzas Armadas, que hicieron descarrilar el proceso de transición abierto tras el derrocamiento de Al Bashir después de 30 años en el poder.
El conflicto ha dejado ya miles de muertos y más de 7,1 millones los desplazados internos en Sudán, lo que convierte al país africano con un mayor número de desplazados internos de todo el planeta, según Naciones Unidas. Las partes han mantenido recientemente conversaciones en Arabia Saudí, si bien no lograron pactar un alto el fuego.
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