SEVILLA, 14 (EUROPA PRESS)
La Universidad Pablo de Olavide (UPO) de Sevilla ha logrado reducir en un 13,5% el consumo energético en el curso 2022/2023 con respecto al anterior, una rebaja que ha alcanzado el 17,2% en los meses de invierno, fruto de la aprobación el pasado 1 de noviembre de 2022 del plan de medidas urgentes para el ahorro energético con el que la UPO buscaba “ahorros económicos” por el aumento de la factura de la luz como consecuencia de la invasión rusa de Ucrania.
En la documentación publicada por la UPO y consultada por Europa Press, la institución académica ha valorado que el citado plan ha permitido una reducción “considerable” del consumo eléctrico en 2022/2023 con respecto al curso anterior. Concretamente, de un 13,5%. “Si nos centramos específicamente en los meses de invierno, donde las medidas de ahorro propuestas tuvieron un mayor impacto, el consumo energético fue hasta un 17,2% menor que en el curso anterior”, se recoge en el balance realizado por la institución.
Este ahorro energético no sólo ha permitido reducir la factura de la luz sino que ha supuesto dejar de emitir cerca de 300 toneladas de CO2 a la atmósfera, una reducción del 9% de la huella de carbono de la UPO en 2022. “Esta reducción es realmente significativa teniendo en cuenta que en el plan propuesto para 2023 la UPO se comprometió a reducir hasta en un 15% la huella de carbono”, recuerda la Olavide.
“Es indiscutible –abunda– que las medidas de ahorro energético aplicadas en el pasado curso son imprescindibles para alcanzar los objetivos propuestos”. Esta evaluación del “impacto” del plan de medidas urgentes se ha hecho con el propósito de llevar a cabo una “revisión del plan” para “realizar las modificaciones necesarias basadas en los resultados obtenidos”.
Entre las medidas de ahorro, se recogía que, del 1 de abril al 31 de octubre, los aires acondicionados se conectarían cuando la temperatura máxima prevista en el exterior fuera superior a los 30 grados. Cuando dicha máxima estuviera entre los 30 y 35 grados, la climatización podría estar encendida desde las 11,00 a las 20,00 horas “siempre y cuando se detecte la presencia de personas, o desde las 10,00 horas cuando sea de 35 grados”.
En cuanto a la iluminación del campus ésta se mantendría al 33% después del cierre del Metro y el personal de la UPO “debería apagar los ordenadores a final de la jornada laboral o cuando no se vayan a usar por una o varias horas”. Para la calefacción, “se conectaría cuando la mínima prevista por la Aemet fuera inferior a los ocho grados o cuando se cumplan simultáneamente las condiciones de temperatura mínima exterior inferior a los dos grados y la máxima exterior inferior a 20”.
En las aulas y espacios universitarios, la temperatura no podía superar los 19 grados, y el horario de calefacción sería de 7,00 a 12,00 y de 16,00 a 20,00 horas. Se prohibía el uso de estufas o calentadores individuales.
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