PAMPLONA, 13 (EUROPA PRESS)
La pareja y el amigo del acusado por el crimen de Villava han negado su participación en la muerte a cuchilladas de un vecino de Pamplona el 14 de enero de este año en el interior de un vehículo estacionado en Villava, y han incidido en su inocencia. El acusado de causar la muerte ha reconocido el crimen, si bien ha argumentado que actuó en legítima defensa y que actuó “para defender mi vida”.
El juicio ha comenzado este lunes en la Audiencia de Navarra con la conformación del jurado, y la fiscal solicita 20 años de prisión por un delito de asesinato para el autor del crimen y para su presunto cómplice, así como un año y nueve meses para la pareja del primero por encubrimiento. Por otro lado, se piden 9 años de prisión al presunto coautor del crimen por un delito de falsedad documental.
Los hechos tuvieron lugar la noche del 14 de enero, después de una noche de fiesta. Según han relatado las defensas, el presunto autor del crimen y un amigo -el otro acusado- se habían quedado en el domicilio “bebiendo y consumiendo sustancias estupefacientes” y acudieron a recoger a la mujer del primero -tal y como esta había solicitado-, que se encontraba en una discoteca junto a la víctima, aunque decidió quedarse “un rato más”.
Ante “las sospechas” de la posible infidelidad, decidieron colocar en el coche de ella un móvil a modo de GPS para confirmar las sospechas y regresaron al domicilio. Cuando detectaron que el localizador se movía, acudieron al lugar registrado, un hotel ubicado en las inmediaciones de la discoteca.
Fue entonces cuando se produjo la agresión. Según el acusado, la víctima se dirigió contra él, navaja en mano, por lo que el autor apuñaló a la víctima “intentando defenderse” y “sin pensar que las heridas le habían causado la muerte”. Posteriormente, el acusado se fugó a la República Dominicana -país de donde son naturales tanto él como el resto de implicados-, y después de dos meses regresó a España y se entregó a la policía.
En respuesta a su abogada, el amigo del acusado ha negado ser autor de los hechos y ha incidido en su inocencia. Según ha subrayado, la noche en cuestión acompañó al acusado a seguir a su mujer porque sospechaba que ella le estaba siendo infiel. En cuanto al momento de la agresión, ha relatado que “vi una pelea, le vi la cara llena de sangre -al acusado- y el golpe que tenía en la cara”. “Todo pasó muy rápido, me quedé en shock”, ha afirmado.
La fiscal ha destacado “contradicciones de entidad” producidas entre la declaración inicial y la realizada en el juicio, pues este lunes ha dicho “que hubo una pelea, cuando en su momento dijo que -el acusado- se bajó -del coche- y lo apuñaló”, y hoy ha dicho que -el acusado- llevaba un cuchillo cuando previamente había dicho que “lo cogió del coche”.
También la mujer del acusado ha negado haber cometido delito alguno. En respuesta a preguntas de la fiscal, ha reconocido mantener una relación extramarital con la víctima desde hacía algo más de un mes, si bien quería mantener su relación con su marido. Según ha relatado, esa noche coincidió con la víctima, con quien en principio “no tenía ninguna intención de quedar”.
Cuando posteriormente llegaron ambos al hotel, ella se bajó del coche para preguntar si había habitaciones disponibles y, tras obtener una respuesta afirmativa, regresó al vehículo, que seguía con el motor en marcha. “Cuando salgo del hotel y veo el coche parado -de su marido- me quedo en estado de shock”, ha indicado, tras señalar que únicamente reconoció al amigo de su marido.
La mujer, que ha afirmado que no vio ni a su marido ni ninguna pelea, ha explicado que tras increpar al amigo de su marido, éste se montó en el vehículo y se marchó. Por su parte, ella fue a entrar a su propio coche pero vio que la puerta del copiloto estaba abierta. “Voy al otro lado, le veo lleno de sangre y le meto los pies -dentro del coche-. Me decía que lo ayudara, yo le puse el cinturón para ir al hospital”, ha indicado, para a continuación añadir que tras dar marcha atrás y ver los gestos de la víctima, “me levanté rápido y fui a buscar ayuda”.
A la llegada de la policía, les dijo que no vio “lo que pasó pero creo que fue mi marido”. “Yo no lo vi pero sé que anda en ese coche”, ha subrayado. También ha negado haber lanzado gritos como ‘Mátalo, mátalo’ o alguna expresión similar, tal y como había indicado un testigo.
Por su parte, la acusación particular ha considerado que la colocación del móvil a modo de gps se produjo para “localizar con éxito el lugar donde iba a estacionar y asegurar el éxito del plan”. Al localizar el vehículo, considera que el autor se bajó de su coche “con intención de poner fin” a la vida de la víctima y abrió la puerta del copiloto, que se encontraba “indefenso, con el cinturón abrochado e influenciado por la ingesta de bebidas” y que “no tuvo posibilidad alguna de defenderse”.
La fiscal y la acusación particular coinciden en que se trata de un delito de asesinato -en vez de un homicidio, como plantea la defensa-, si bien discrepan a la hora de determinar la participación de las otras dos personas implicadas. Además, la acusación particular argumenta que el delito, “concertado” entre los implicados, aconteció por una cuestión relacionada con el tráfico de drogas, mientras que las otras partes destacan una relación extramarital existente entre la mujer del autor del crimen y la víctima.
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