MADRID, 10 (SERVIMEDIA)
La exconsejera de la Generalitat de Cataluña y eurodiputada de Junts, Clara Ponsatí, desdeñó este viernes el acuerdo alcanzado entre su partido y el PSOE para investir al presidente del Gobierno en funciones, Pedro Sánchez, porque “se trata de una humillación para el país que costará de remontar”.
En un artículo en ‘Vilaweb’ recogido por Servimedia, Ponsatí denuncia que este acuerdo de investidura entre el PSOE y Junts solo cuenta con la “promesa” de una ley de amnistía, que “ya veremos cómo se concreta” y que el “precio” del mismo ha sido “renunciar a la vez a la autodeterminación y a las políticas que el país necesita”.
“Que el primer presidente de Cataluña que nos había dicho que no quería saber nada de España pacte para hacer presidente de España al líder de este PSOE es un desprecio a la gente que ha confiado y que lo ha protegido”, deplora Ponsatí en referencia a Carles Puigdemont.
Asimismo, subraya que incluso que en el preámbulo del acuerdo el PSOE “suscriba parte de la narrativa nacional que los partidos han construido estos últimos años”, algo se presenta como una “victoria”, es “en realidad” una “derrota de alta toxicidad”. Además, añade que acabar haciendo “el pasillo” a los socialistas es “la peor opción”.
“SITUACIÓN PENOSA”
Al mismo tiempo, Ponsatí destaca que “el PSOE ha estado magistral explotando la competencia entre ERC y Junts para obtener el precio más bajo posible”, siempre que cada partido pudiera decir “que es mejor que el otro, como hicieron ayer tanto los unos como los otros, en un ejercicio patético de odio cainita”.
La eurodiputada de Junts también comenta en el artículo que la negociación con el PSOE de ahora era “imposible”, “no había nada que negociar” porque “no había fuerzas ni para liderar una ola hacia la independencia sin miedo de todos los riesgos que son naturales ni ninguna idea del país que permitiera aspirar a una plenitud nacional futura”.
Al mismo tiempo, Ponsatí asegura que ya hace “mucho tiempo” que ni ERC, ni Junts ni la CUP ofrecen “ninguna alternativa ni ninguna idea de país fuera de sus batallas para controlar esta o aquella institución, para mantener su dosis de control y de visibilidad”. “Es una situación penosa que cuesta mucho de explicar al electorado”, apostilla.
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