MADRID, 10 (EUROPA PRESS)
Alrededor de 90.000 personas se han visto obligadas a desplazarse a medida que avanzan los combates entre el Ejército birmano y los grupos rebeldes de resistencia en el norte del país, según datos de la Oficina de Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA).
El organismo estima que desde el inicio del conflicto se han registrado al menos 50.000 desplazamientos entre la población civil en el estado de Shan, en el noreste del país, que ha visto un repunte de los enfrentamientos durante las últimas semanas. La situación en la zona, fronteriza con China, ha llevado a la junta militar que gobierna el país desde el golpe de Estado de 2021 a alertar de una posible “fragmentación” del país.
Asimismo, otras 40.000 personas han tenido que desplazarse por el aumento de la violencia entre las partes en la región de Sagaing, en el noroeste, además de en el estado de Kachin, también en el norte.
Según la ONU, casi todos los desplazados buscan refugio en recintos religiosos y son pocos los que han buscado refugio en emplazamientos estipulados para ello. “Los enfrentamientos en curso, junto con la existencia de puestos de control, el cierre de carreteras y los daños estructurales en los puentes, están restringiendo gravemente la capacidad de las agencias humanitarias para llegar a las personas afectadas, llevar a cabo la verificación de las necesidades y transportar suministros vitales”, ha declarado en un comunicado.
Las alianzas de grupos armados étnicos han llevado a cabo recientemente ataques coordinados contra decenas de puesto militares en el estado de Shan hasta hacerse con la ciudad de Chinshwehaw, estratégica para el comercio con China.
Los rebeldes aseguran que el objetivo de estas operaciones es defender el territorio ante las incursiones militares de la junta y “erradicar la dictadura militar opresora” mientras combate el fraude y el contrabando en la frontera.
El jueves, el presidente en funciones apoyado por la junta, Myint Swe, ha indicado que los enfrentamientos registrados recientemente en el estado de Shan suponen una amenaza militar a gran escala y alerto de una posible división territorial en la zona. Así, ha subrayado que “el sacrificio de vidas es necesario para restaurar la estabilidad” en la zona.
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