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Los países planean aumentar la producción de combustibles fósiles a niveles excesivos en lugar de tomar medidas para frenar la crisis climática

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MADRID, 08 (SERVIMEDIA)

Los gobiernos planean producir alrededor de un 110% más de combustibles fósiles (petróleo, gas y carbón) en 2030 de lo que sería consistente con limitar el calentamiento a 1,5 grados y un 69% más de lo que permite el límite de 2 grados, ambos objetivos recogidos en el Acuerdo de París para frenar el cambio climático.

Así se desprende del último ‘Informe sobre la brecha de producción’, elaborado por el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (Pnuma), el Instituto de Medio Ambiente de Estocolmo, Climate Analytics, E3G y el Instituto Internacional para el Desarrollo Sostenible (IISD), y dado a conocer este miércoles. En total, colaboraron más de 80 países de más de 30 países.

Ese informe anual, que se publica desde 2019, analiza la disparidad entre la producción prevista de combustibles fósiles y los niveles mundiales compatibles con la limitación del calentamiento del planeta a 1,5 o 2 grados respecto a la era preindustrial.

Esa proyección se produce pese a que 151 países se han comprometido a lograr emisiones netas cero y de los últimos pronósticos que sugieren que la demanda mundial de carbón, petróleo y gas alcanzará su punto máximo en esta década, incluso sin nuevas políticas climáticas.

Combinados, los planes gubernamentales conducirían a un aumento de la producción mundial de carbón hasta 2030 y de petróleo y gas hasta al menos 2050, lo que crearía con el tiempo una brecha cada vez mayor en cuanto a producir combustibles fósiles.

MÁS AMBICIÓN

Según el informe, los países deberían aspirar a una eliminación casi total de la producción y el uso de carbón para 2040, y una reducción combinada de la producción y el uso de petróleo y gas en al menos tres cuartas partes para 2050 desde los niveles de 2020.

Aunque 17 de los 20 países analizados se han comprometido a lograr emisiones netas cero (y muchos han lanzado iniciativas para reducir las emisiones de las actividades de producción de combustibles fósiles), ninguno se ha comprometido a rebajar la producción de carbón, petróleo y gas de acuerdo con la limitación del calentamiento a 1,5 grados.

Los gobiernos con mayor capacidad para abandonar los combustibles fósiles deberían aspirar a reducciones más ambiciosas y ayudar a apoyar los procesos de transición en países con recursos limitados, según el informe.

El pasado julio fue el mes más caluroso jamás registrado en la Tierra y, muy probablemente, resultó ser el más cálido de los últimos 120.000 años, según los científicos. En todo el mundo, olas de calor mortales, sequías, incendios forestales, tormentas e inundaciones cuestan vidas y medios de subsistencia, con lo que el cambio climático inducido por el hombre ya está aquí.

Además, las emisiones mundiales de dióxido de carbono (casi el 90% de las cuales provienen de combustibles fósiles) alcanzaron niveles récord en 2021 y 2022.

“Los planes de los gobiernos para ampliar la producción de combustibles fósiles están socavando la transición energética necesaria para lograr emisiones netas cero, poniendo en duda el futuro de la humanidad”, apuntó Inger Andersen, directora ejecutiva del Pnuma.

Andersen sentenció que “impulsar las economías con energía limpia y eficiente es la única manera de poner fin a la pobreza energética y reducir las emisiones al mismo tiempo”. Y apuntó que los países deben unirse tras la Cumbre del Clima -conocida como COP28- que comenzará el próximo 30 de noviembre en Dubái (Emiratos Árabes Unidos) hacia “una eliminación controlada y equitativa del carbón, el petróleo y el gas, para aliviar las turbulencias que se avecinan y beneficiar a todas las personas en este planeta”.

VEINTE PAÍSES

El informe ofrece perfiles recientemente ampliados para 20 de los principales países productores de combustibles fósiles: Alemania, Arabia Saudí, Australia, Brasil, Canadá, Catar, China, Colombia, Emiratos Árabes Unidos, Estados Unidos, India, Indonesia, Kazajistán, Kuwait, México, Nigeria, Noruega, Reino Unido, Rusia y Sudáfrica.

Estos perfiles muestran que la mayoría de estos gobiernos continúan ofreciendo importantes apoyos políticos y financieros para la producción de combustibles fósiles.

“Muchos gobiernos están promoviendo el gas fósil como un combustible de ‘transición’ esencial, pero sin planes aparentes para abandonarlo más adelante”, indicó Ploy Achakulwisut, autor principal del informe y científico del SEI.

Achakulwisut añadió al respecto: “La ciencia dice que debemos comenzar a reducir la producción y el uso globales de carbón, petróleo y gas ahora, junto con aumentar la energía limpia, reducir las emisiones de metano de todas las fuentes y otras acciones climáticas, para mantener vivo el objetivo de 1,5 °C”.

A pesar de ser la causa fundamental de la crisis climática, los combustibles fósiles han permanecido en gran medida ausentes de las negociaciones internacionales sobre el clima hasta los últimos años. En la COP26 de Glasgow (Reino Unido), a finales de 2021, los gobiernos se comprometieron a acelerar los esfuerzos hacia “la reducción gradual de la energía incesante a base de carbón y la eliminación gradual de los subsidios ineficientes a los combustibles fósiles”, aunque no acordaron abordar la producción de todos los combustibles fósiles.

“La COP28 podría ser el momento crucial en el que los gobiernos finalmente se comprometan con la eliminación gradual de todos los combustibles fósiles y reconozcan el papel que deben desempeñar los productores para facilitar una transición gestionada y equitativa”, según Michael Lazarus, autor principal del informe y director del SEI en Estados Unidos.

Lazarus concluyó: “Los gobiernos con mayor capacidad para abandonar la producción de combustibles fósiles tienen la mayor responsabilidad de hacerlo y, al mismo tiempo, proporcionan financiación y apoyo para ayudar a otros países a hacer lo mismo”.

“FLAGRANTE HIPOCRESÍA”

A la luz de los resultados del informe del Pnuma, la sociedad civil mostró sus primeras reacciones a través de la Red de Acción por el Clima (CAN, por sus siglas en inglés), formada por más de 1.900 organizaciones de más de 130 países para impulsar acciones colectivas y sostenibles contra la crisis climática.

“Los países productores de combustibles fósiles, desde la OPEP hasta Estados Unidos, Rusia y Australia, planean colectivamente la expansión de la minería de carbón, petróleo y gas, lo que resultará en más del doble de contaminación por CO2 para 2030, e incluso tres veces para 2040. Esto está completamente desalineado con los esfuerzos para limitar el calentamiento global a 1,5 °C. Eso ilustra, una vez más, el poder y el poderío de la industria mundial de los combustibles fósiles, que ignora descaradamente los impactos climáticos catastróficos en beneficio de sus despiadadas ganancias”, apuntó Stephan Singer, asesor principal de Ciencia del Clima y Política Energética de CAN International.

Por su parte, Harjeet Singh, jefe de estrategia política global de CAN International, indicó que el informe expone “la flagrante hipocresía en el corazón de la acción climática mundial”. “Los países que se presentan a sí mismos como campeones climáticos en el escenario mundial están traicionando el espíritu del Acuerdo de París al intensificar la crisis climática a través del aumento de la producción de carbón, petróleo y gas. Un puñado de naciones ricas, equipadas con los medios y con la responsabilidad histórica de predicar con el ejemplo, continúan con su peligrosa adicción a los combustibles fósiles”, apostilló.


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