TOLEDO, 4 (EUROPA PRESS)
La investigadora toledana Carmen María Fernández Martos ha abandonado el Hospital Nacional de Parapléjicos, centro en el que venía trabajando desde 2018 en el papel de la hormona leptina y el efecto de la regulación de su función para “atacar” la Esclerosis Lateral Amiotrófica (ELA) y ver su potencial terapéutico en esta enfermedad. Una investigación que desde hace un año ha trasladado a la Facultad de Farmacia de la Universidad CEU-San Pablo de Madrid.
Así lo ha indicado en una entrevista concedida a Europa Press, en la que ha apuntado que ha tenido “una acogida inmejorable” en esta institución académica madrileña, de la que ha destacado que le ha puesto “muy fácil” la transferencia, tanto de los fondos como del equipo para desarrollar su investigación.
Una transición que ha supuesto un cambio para ella también, puesto que ahora combina la parte científica, liderando un grupo de investigación reconocido, como hacía en el Hospital de Parapléjicos, pero compartiéndolo con sus responsabilidades académicas y de docencia.
Entre las razones que argumenta para abandonar el hospital toledano, Fernández apunta a la “precariedad e inestabilidad” del mundo científico y lo contrapone con el académico.
“No conseguí estabilizarme en la entidad, habiendo retornado a España a través del programa de atracción de talento científico de la Comunidad de Castilla-La Mancha, aún a pesar de haber contribuido a la captación de una importante cantidad de fondos para la investigación sobre ELA, atraer capital humano y el prestigio de entidades como las que esponsorizan nuestro proyectos –la Fundación ‘la Caixa’ y la Fundación Luzón –, o tener una línea de investigación muy distintiva y única en la región que estudia una patología de alto impacto social y humano como es la ELA”, argumenta.
Además, lamenta que la figura del investigador no esté propiamente reconocida y la falta de una carrera científica dentro del sistema de salud sanitario español. “Son importantes limitaciones añadidas con la que cuenta la investigación hospitalaria en este país”, ha dicho, para agregar que el cambio vino por la oportunidad de poder retener y mantener una línea de investigación y un equipo de trabajo “altamente especializado” reenfocando su carrera profesional en otra dirección.
A lo que suma igualmente la oportunidad que desde el punto de vista de la investigación le ha brindado el CEU-San Pablo, una entidad que, según ha declarado, tiene “muy claro” cuáles son sus objetivos y sus prioridades éticas, poniendo el foco en la investigación como parte “muy importante” del desarrollo profesional de los alumnos.
‘METABOLEP’
Respecto a la investigación ‘Metabolep, una potencial diana terapéutica para la ELA dirigida al metabolismo: Leptina’ y el punto en el que se encuentra tras esta transición, la investigadora toledana ha explicado que la transferencia del proyecto está completada y que tanto desde Parapléjicos como desde el CEU apoyaron la portabilidad, por lo que se han reorganizado los convenios con la Fundación Luzon y ‘la Caixa’ para que todo llegue a buen fin, pudiendo así completar el proyecto de investigación seleccionado en la segunda Convocatoria de Investigación en Salud de la entidad bancaria.
Así, tras dar las gracias a todas las partes implicadas en el proceso por ello, ha señalado que continúa coordinado un grupo de investigación multidisciplinar e internacional en un proyecto que finaliza a principios del próximo año y que ahora está en fase de “rematar” los experimentos que quedaban pendientes y de publicar todos los resultados que se han ido generando en estos años, “para cerrar esta etapa e iniciar otra”.
Concretamente, Fernández ha explicado que el punto en el que se encuentra la investigación es en el de poder expandir los resultados de la misma “más allá de ‘Metabolep’, “un proyecto de investigación que ha dado como fruto resultados muy relevantes y un enfoque terapéutico novedoso” con el foco puesto en tejidos periféricos con un papel relevante en el control de la función metabólica.
Trabajan así, por un lado, con el CEU-San Pablo en la transferencia de parte de los resultados obtenidos y, por otro, en poder conseguir nuevos fondos con el fin de dar continuidad a la investigación inicial, valorando con ‘la Caixa’ el potencial de las conclusiones generadas desde un punto de vista más tecnológico, centrado en la posibilidad de trasladar a la sociedad los resultados obtenidos.
“Estamos valorando con el CEU-San Pablo la mejor estrategia para la difusión de la información científica y, probablemente, hasta que no fijemos bien cuáles son algunos puntos importantes en este contexto, no podremos poner a disposición de la comunidad científica los resultados propiamente derivados del proyecto”, ha argumentado.
Todo ello bajo el paraguas también de la Fundación Luzón, de la que ha destacado que “siempre” ha estado llevando a cabo una labor “rigurosa” en lo científico y de acompañamiento en esta investigación, pese a las dificultades en el camino que se han podido encontrar como la pandemia. “Tenemos esa relación estrecha desde el punto de vista científico y de apoyo a la difusión de la información científica”.
Prueba de ello, ha manifestado, es que la Fundación Luzón organiza una reunión un online anual de los talentos ELA con los afectados para transmitirles y contarles contarles el proceso punto en el que se encuentra tanto esta como otras investigaciones en activo financiadas por la entidad, y que sepan cómo se materializa la captación de fondos en el desarrollo de los proyectos y en qué podría repercutir en ellos como enfermos, con el fin de acercar la ciencia a los pacientes. LA INVESTIGACIÓN Y EL PAPEL DE LA MUJER
Finalmente, preguntada por el estado de la investigación en España y en concreto el papel que juegan las mujeres investigadoras, Fernández cree que se ha avanzado “mucho” en este sentido. “En determinado tipo de contextos pienso que hay más paridad, que no hay tanta dificultad pero es verdad que en lo relativo al liderazgo el sesgo de género está ahí”.
“No tenemos más que remitirnos a las estadísticas y ver cuántas mujeres lideran, como en mi caso, un grupo de investigación en entidades punteras o centros de investigación de excelencia. Por ejemplo, en Parapléjicos éramos únicamente dos, lo cual no deja de ser menor en un contexto en el que el resto de los grupos de investigación estaban liderados por hombres”, ha manifestado.
Es por ello por lo que pese al avance, ha admitido que queda por hacer y confía también en que el cambio generacional contribuya definitivamente a romper el techo de cristal en investigación. “Estamos progresando adecuadamente en ese sentido”, ha concluido.
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