MADRID, 31 (EUROPA PRESS)
La Comisión de Derechos Humanos de Etiopía (EHCR) ha denunciado este lunes las implicaciones negativas del conflicto en la región de Amhara (norte), donde el Ejército etíope y las milicias se encuentran enfrentadas.
La EHCR, reza un comunicado, ha instado en diversas ocasiones a tomar medidas para ayudar a prevenir daños a civiles, incluso a través de la búsqueda de una solución pacífica a las violaciones de Derechos Humanos a gran escala en el marco del conflicto armado.
“Dado que la comisión ha pedido repetidamente una solución duradera al conflicto, incluyendo dar prioridad a todas las opciones pacíficas, (recordamos que) las partes beligerantes no deben atacar a personas y propiedades civiles, ni a servicios públicos ni infraestructuras bajo ninguna circunstancia”, ha declarado el director de la comisión, Daniel Bekele.
En particular, ha apuntado a la apertura “urgente” de pesquisas sobre el delito de violación y ejecuciones extrajudiciales para que los responsables rindan cuentas. “Hacemos un llamamiento para que se resuelve el motivo de los desplazados y regresen a sus aldeas de forma permanente”, ha manifestado Bekele, que ha pedido garantizar la asistencia humanitaria a las personas que han huido de sus hogares.
El organismo ha indicado que desde 2015 se han producido conflictos armados en todas las zonas de la región, aunque se hayan diferenciado en niveles o se hayan producido en distintos periodos de tiempo. “Además, estas zonas han estado controladas en un momento por las fuerzas de seguridad del Gobierno y en otros por una milicia Fano”, señala dicho comunicado.
Así, ha documentado varios ataques y ha subrayado que desde el inicio del conflicto numerosos civiles han fallecido o resultado heridos como resultado de ataques armados –armas pesadas o drones–. La comisión, que ha reiterado su preocupación por ejecuciones extrajudiciales, ha comunicado que está recibiendo información fiable de que continúan este tipo de crímenes, especialmente por parte de miembros gubernamentales.
Mientras, gran cantidad de civiles se han visto obligados a huir de sus hogares para dejar atrás la violencia, sin que hayan recibido apoyo suficiente. A este desplazamiento, se suma la destrucción de sus cultivos y propiedades.
“En relación con la expansión del conflicto armado, se han producido daños a civiles, personas e infraestructuras, incluidos saqueos de civiles e instalaciones comerciales, así como la destrucción de cultivos de arroz”, indica el EHCR, que denuncia que los niños no van a la escuela y las instituciones educativas de algunas zonas se utilizan para formar en el servicio militar.
Además, han aseverado que los residentes se han visto sometidos a la escasez de productos y el aumento de precios, debido a la restricción de actividades y toques de queda o la interrupción del transporte y las actividades comerciales. “Varias zonas de producción han paralizado la producción, incluida la restricción de las transferencias de dinero, y la suspensión del pago de salarios en algunas instituciones ha provocado una crisis social y económica para los residentes”, agrega el ente.
El Gobierno etíope declaró a principios de agosto el estado de emergencia en Amhara en respuesta a meses de enfrentamientos entre las fuerzas de seguridad y las milicias Fano, que colaboró con los efectivos de Amhara durante la guerra entre 2020 y 2022 contra el Frente Popular para la Liberación de Tigray (TPLF).
La decisión de disolver las fuerzas especiales regionales –incluidas las de Amhara, especialmente poderosas– en el marco del proceso de paz con el TPLF provocó importantes tensiones, en el marco de las cuales fueron asesinados varios políticos, entre ellos el líder del gubernamental Partido de la Prosperidad en la región, Girma Yeshitila.
Las milicias Fano estuvieron posicionadas del lado de las fuerzas especiales de Amhara en la guerra contra el TPLF y han participado además en operaciones contra el grupo rebelde Ejército de Liberación de Oromía (OLA). La decisión del Gobierno de disolver a estas fuerzas especiales llevó a muchos de sus miembros a unirse a estas milicias y a protagonizar ataques contra el Ejército.
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