MADRID, 23 (SERVIMEDIA)
El incremento del derretimiento de la capa de hielo de la Antártida occidental es “inevitable” a lo largo de este siglo XXI.
Esa es la conclusión de un estudio realizado por Kaitlin Naughten y Paul Holland, del British Antarctic Survey y la Universidad de Nortumbria (Reino Unido), y publicado este lunes en la revista ‘Nature Climate Change’.
Los científicos realizaron simulaciones en un superordenador para investigar el derretimiento de la capa de hielo de la Antártida occidental impulsado por los océanos: cuánto es inevitable y a qué debe adaptarse, y cuánto deshielo puede controlarse con una reducción global de las emisiones de gases de efecto invernadero.
Teniendo en cuenta la variabilidad climática como El Niño, no encontraron diferencias significativas entre los escenarios de emisiones de rango medio y los objetivos más ambiciosos del Acuerdo de París, de 2015. En el mejor de los casos, un aumento de la temperatura global de 1,5 grados respeto a la era preindustrial supondrá que el deshielo antártico aumentará tres veces más rápido que durante el siglo XX.
La capa de hielo de la Antártida occidental está perdiendo hielo y es el mayor contribuyente al aumento del nivel del mar desde esa zona del planeta. Modelos anteriores encuentran que esta pérdida podría deberse al calentamiento del océano Antártico, particularmente de la región del Mar de Amundsen.
En conjunto, la capa de hielo de la Antártida occidental contiene suficiente hielo para elevar el nivel medio global del mar hasta cinco metros. Millones de personas viven cerca de la costa en todo el mundo y estas comunidades se verán muy afectadas por la subida del nivel del mar.
“Parece que hemos perdido el control del derretimiento de la capa de hielo de la Antártida occidental. Si quisiéramos preservarlo en su estado histórico, habríamos necesitado acciones sobre el cambio climático hace décadas. El lado positivo es que, al reconocer esta situación de antemano, el mundo tendrá más tiempo para adaptarse al aumento del nivel del mar que se avecina. Para abandonar o rediseñar sustancialmente una región costera, tener un plazo de 50 años marcará la diferencia”, resume Naughten.
VARIOS ESCENARIOS
Los investigadores simularon cuatro escenarios futuros del siglo XXI, más uno histórico del siglo XX. Los futuros estabilizaron el aumento de la temperatura global en los objetivos establecidos por el Acuerdo de París (1,5 y 2 grados más que en el periodo preindustrial) o siguieron escenarios estándar para emisiones medias y altas de carbono.
Todos los escenarios dieron como resultado un calentamiento futuro significativo y generalizado del mar de Amundsen y un mayor derretimiento de sus plataformas de hielo.
Los tres escenarios de rango inferior siguieron caminos casi idénticos a lo largo del siglo XXI. Incluso en el mejor de los casos, el calentamiento del mar de Amundsen se aceleró aproximadamente en un factor de tres y siguió el derretimiento de las plataformas de hielo flotantes que estabilizan los glaciares interiores, aunque comenzó a aplanarse a finales de siglo.
En el peor de los casos, se derretiría más plataforma de hielo, pero solo después de 2045. Los autores señalan que se considera poco probable que ocurra este escenario con altos niveles de combustibles fósiles, donde las emisiones suben rápidamente.
“No debemos dejar de trabajar para reducir nuestra dependencia de los combustibles fósiles. Lo que hagamos ahora ayudará a frenar el ritmo de aumento del nivel del mar a largo plazo. Cuanto más lento cambie el nivel del mar, más fácil será para los gobiernos y la sociedad adaptarse, incluso si no se puede detener”, concluye Naughten.
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