El premio del público recae en las obras del Seminario Mayor de Comillas
SANTANDER, 19 (EUROPA PRESS)
El Colegio Oficial de Arquitectos de Cantabria ha concedido sus vigésimos premios de arquitectura a Darío Cobo, en la categoría de obra residencial por la construcción de una casa de madera en Navajeda; y a Diego Román y Manuel del Río, en la no residencial, por el espacio multiusos La Plaza en Soto de la Marina.
Además, el Premio Joven ha recaído en Murillo y Hernández Arquitectura (Sergio Murillo y David Hernandez) por la rehabilitación de un centro odontológico en la calle Islas Baleares de Santander; y el premio del público ha galardonado las obras del Seminario Mayor de Comillas, de Eduardo Fernández-Abascal, Roberto Alonso, Joaquín Barrientos, Floren Muruzabal, Eduardo Pesquera y Jesún Ulargui.
El jurado ha estado presidido por el decano del Colegio, Moisés Castro, y dio a conocer ayer el fallo de estos premios, constituidos en homenajea a los arquitectos Antonio Ortega Fernández y Julio González Alloza.
En respuesta a la cantidad de propuestas presentadas, el jurado ha otorgado dos menciones tanto en la categoría de obra residencial como en la no residencial. Mientras, el premio de la categoría de rehabilitación ha quedado desierto –por tener “menor número de propuestas y debido a la variedad de tipologías y grado de intervención–, si bien también se han concedido dos menciones.
Respecto a la casa de madera de Navajeda de Darío Cobo que se ha alzado con el galardón a la obra residencial, el jurado ha destacado la “austeridad material, claridad formal e entegración tipológica con las que se obtiene complejidad espacial, una rica relación del interior y el exterior, un expresivo comportamiento bioclimátivo y una amable manifestación de compromiso e implicación para la inserción de la edificación en el entorno”.
En cuanto a la ‘La Plaza’ de Soto de la Marina de Diego Román y Manuel del Río, que ha vencido en la categoría de no residencial, el jurado ha puesto de relieve que el proyecto enriquece un elemento generalmente utilitario, mediante una doble piel que aporta a la estructura un juego plástico y sensible de vistas, transparencias, sombra y luz, capacitando un espacio incierto en un entorno construido de gran calidad y con amplias posibilidades de uso público”.
MENCIONES
Las menciones de la categoría residencial han recaído en una vivienda unifamiliar en el barrio El Llamo de Suesa, de Moah Arquitectos; y en una vivienda aislada en el Brrio Sorriba de Liencres, de Eduardo Fernández-Abascal y Floren Muruzabal.
En la no residencial, han sido para el paseo de Antonio López promovido por el Ayuntamiento de Santander, de FDA Arquitectos; y para la reforma de la plaza de Somo del Ayuntamiento de Ribamontán al Mar, diseñada por Noelia Martínez y Edgar Robledo.
En la categoría de rehabilitación se ha seleccionado para las menciones la rehabilitación de una casona para apartamentos en el Barrio La Iglesia de Galizano, de FDA Arquitectos; y la unión de dos viviendas, apertura de hueco y escalera en la calle San FErnando de Santander, a cargo de César Córdoba.
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