MADRID, 19 (SERVIMEDIA)
La presidenta de la Junta de Extremadura, María Guardiola, cifró este jueves en siete votos, los de los diputados de Junts per Catalunya que necesita el presidente el Gobierno en funciones, Pedro Sánchez, para ser de nuevo investido, y por los que estaría dispuesto a concederles la amnistía a los independentistas, “la distancia exacta entre la dignidad y el oprobio”.
Guardiola comenzó su intervención en el debate sobre la amnistía que celebra la Comisión General de Comunidades Autónomas del Senado ironizando sobre que, mientras el presidente de la Generalitat de Cataluña, Pere Aragonès, se quejaba de sus trenes de cercanías, el de Extremadura se averiaba dos horas.
Nacida la víspera del referéndum de la Constitución, ella se preguntó si la actual España es “a la que aspiraban nuestros padres y queremos dejar a nuestros hijos”, y deploró el “momento crítico” que vive y el “páramo” que atraviesa por “el auge del populismo y el inexplicable seguidismo socialista”, al que recriminó ejercer “un poder peterpanesco que se niega a crecer y es incapaz de afrontar su adultez”. Sobre la amnistía, en concreto, se sorprendió de que “se admite que se trabaja para beneficiar a una minoría”.
Diagnosticando que “el populismo se está aprovechando de un presidente del Gobierno débil” para socavar el país, se preguntó, “si Puigdemont eleva su pulgar” e inviste a Sánchez, “cuánto puede durar un Gobierno tan inconsistente y tan disparatado” cuando “el precio a pagar es inédito en nuestro país y no tendría precedentes en Europa”. Luego dijo que “España no va a ser leal a Extremadura si su Gobierno paga el precio exigido por el independentismo”.
Guardiola pronosticó que Sánchez “solamente alargará su poder blandamente hasta que su ambición termine devorándolo” y unas nuevas elecciones den el poder al PP, partido al que presentó como “un dique para el infantilismo, el populismo y los partidos que ven España como el enemigo de sus delirios y aspiraciones”, y como un “jugador tranquilo que sabrá cuándo mover sus piezas”.
Mientras tanto, afeó al PSOE que, “entre el corazón y el cetro, el PSOE ha elegido el cetro sin pensar en las consecuencias”, que serán “la asimetría” y “una España de primera y otra de segunda”, porque “siete votos son la distancia exacta entre la dignidad y el oprobio”, y “jamás” ha habido “un candidato a la investidura tan frágil, tan desesperado y tan permisivo con aquéllos que siempre han querido lo peor para España”.
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