ZARAGOZA, 20 (EUROPA PRESS)
El director de la Delegación de la Causa de los Santos del Arzobispado de Zaragoza, Ángel Arrebola, ha explicado que la fortaleza, la paciencia y el coraje son tres virtudes de los mártires cristianos y ha conminado a practicarlos para hacer frente a “todos los aspectos de la vida”.
La paciencia, en los primeros siglos del cristianismo, era la virtud por excelencia, no solo frente al martirio, sino frente a todo, y podría decirse que era una “actitud de vida”, ha indicado. “Si hay algo que define al mártir que es que imita a Cristo”, ha subrayado.
La fortaleza se expresa en el pilar de la virgen; la paciencia de los mártires es no solo un estilo vida, sino la “obligatoriedad de culto” porque “no es aguantar estoicamente, sino tener una fe pacifica y esperanzada”, ha detallado.
Se ha detenido especialmente a explicar la virtud del coraje, porque la bandera de Zaragoza, de color rojo con un león, es un animal heráldico de la cuidad que es símbolo de “coraje, fuerza, valor y fortalece las virtudes propias de los mártires y de Zaragoza, cuyo monumento está en la plaza del Pilar”.
Arrebola ha comentado que estas tres virtudes, precisamente, se pueden aplicar para “este momento de un mundo acelerado” y ha ironizado al contar el chiste de Mafalda que dice: “Señor darme paciencia, pero ya”.
“En nuestro tiempo lo queremos todo, de forma inmediata –ha observado– y el cristiano debe aprender a vivir los tiempos de Dios para si mismo y los demás y no tener prisa para el perdón para que la gente cambie”.
En declaraciones a Europa Press, Ángel Arrebola ha precisado que la paciencia es una virtud “no solo de aguantar estoicamente, sino la de parábola evangélica cuando crece el trigo y la cizaña juntos y Dios dice: “dejarlos que crezcan, ya llegará la siega”.
Ha citado esta parte del Evangelio para trasladarlo al momento actual cuando “vemos el mundo muy mal” porque “es muy aprovechable que “la paciencia sea algo fundamental”. “El cristiano tiene que vivir la paciencia que le enseñan los mártires a que los tiempos no son suyos sino de Dios”, ha zanjado.
ZARAGOZA TIERRA DE MÁRTIRES
Ángel Arrebola ha impartido la conferencia inaugural “Zaragoza, tierra de mártires” en las XI Jornadas Martiriales “Los mártires evangelizan y nos evangelizan”, que tienen lugar desde este viernes y hasta el domingo, 22 de octubre, en el salón de actos de la basílica parroquia de Santa Engracia, en Zaragoza.
En su intervención ha relatado que es en la Edad Antigua cuando más deprisa crece la comunidad cristiana y “fue un estímulo para los cristianos de estas tierras”, en referencia a Zaragoza para aseverar que surge un “florecimiento de la fe”.
Arrebola ha citado a tres mártires de Zaragoza como San Lamberto, quien fue un jornalero decapitado, al parecer, por su patrón por no renegar de su fe. Sus restos están en la cripta de Santa Engracia y es patrón d los labradores aragoneses. Fue martirizado en El Portazgo y se cuenta –ha narrado– que cogió su cabeza para venir hasta Santa Engracia caminando porque quería reposar con los mártires de la ciudad. De ahí surge la leyenda que dice: “Aunque pierdas la cabeza no te la dejes en la iglesia”, ha ironizado.
El otro mártir vinculado a Zaragoza es el niño Santo Dominguito del Val, que sufrió martirio por un judío en 1250 en tiempos del rey Jaime I y del arzobispo de Zaragoza, Arnaldo de Peralta. Hijo de un notario y de familia infanzona, fue infante del coro y monaguillo de la Seo de Zaragoza. Sus restos se llevaron a la iglesia de San Gil y luego al templo catedralicio donde reposan y es el patrón de los Infanticos.
El tercer mártir que ha descrito es el canónigo de San Pedro Arbués, canónigo de la orden de San Agustín asesinado en 1485 en el altar mayor de La Seo por varios herejes que se juntaron con los judíos de Zaragoza. Fue el primer santo beatificado en Aragón, en 1667 y canonizado en 1865. Es el patrón de Épila, ha sintetizado.
Ángel Arrebola ha contado que Zaragoza tiene dos catedrales y La Seo es la única consagrada dos veces; la primera por los cristianos y la segunda tras ese asesinato dentro del templo. En su intervención, este especialista en santos ha incidido en que la durante la Edad Moderna “Aragón dio lo mejor a España y a la fe cristiana”
También se ha referido al siglo XX cuando el movimiento anarquista florecen en Zaragoza y a instancia del afamado sindicalista Buenaventura Durruti, el clero sufre una campaña “furibunda para desprestigiar, especialmente, la obra social”.
En los años 30 se sufre una persecución religiosa y las actas martiriales recogen el martirio sacerdotes en un “época rica en mártires y santos”. La Diócesis de Zaragoza era muy extensa y hasta 1956 llegaba hasta las proximidades de la de Albaracín. “La zona oriental sufriese mucho y la columna de Durruti, mas de 6.000 milicianos llega hasta Osera donde establece la denominada ‘Columna de Aragón’ y constituye un “foco revolucionario que origina 183 causas”.
Tras esta exposición, el director de la Delegación de la Causa de los Santos del Arzobispado de Zaragoza ha sentenciado que “definitivamente, Zaragoza es tierra de mártires”.
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