MADRID, 11 (EUROPA PRESS)
Un grupo de científicos del Instituto Roslin de la Universidad de Edimburgo, centro de investigación animal donde se creó la oveja Dolly, ha encontrado que, alterando la sección de ADN encargada de producir la proteína ANP32A, responsable de la infección por gripe aviar en pollos, se puede ofrecer resistencia y protección parcial a esta infección y no transmitirla.
Para ello, se han utilizado técnicas de edición de genes para cambiar partes del ADN del pollo que podrían limitar la propagación del virus de la gripe aviar en los animales. De esta manera, los investigadores han podido restringir, pero no bloquear completamente, que el virus infecte a los pollos alterando una pequeña sección de su ADN. Además, las aves no mostraron signos de que el cambio en su ADN tuviera algún impacto en su salud o bienestar.
Los hallazgos, publicados en ‘Nature Communication’, son un paso alentador para el control de esta infección, pero los expertos destacan que se necesitarían más modificaciones genéticas para producir una población de pollos que no pueda ser infectada por la gripe aviar, una de las enfermedades animales más costosas del mundo.
Para lograr este descubrimiento, científicos del Instituto Roslin, el Imperial College de Londres y el Instituto Pirbright criaron pollos utilizando técnicas de edición de genes para alterar la proteína ANP32A ya que, durante una infección, los virus de la gripe secuestran esta molécula para ayudar a replicarse.
Cuando los pollos editados con el gen ANP32A fueron expuestos a una dosis normal de la cepa H9N2-UDL del virus de la gripe aviar, nueve de cada diez aves permanecieron no infectadas y no se propagó a otros pollos.
Luego, el equipo de investigación expuso a las aves genéticamente editadas a una dosis artificialmente alta del virus de la gripe aviar para probar más a fondo su resistencia. Cuando se expuso a la dosis alta, la mitad del grupo (cinco de cada diez aves) se infectó.
Sin embargo, la edición genética proporcionó cierta protección en los pollos infectados editados genéticamente con un nivel de infección mucho más bajo que el nivel típicamente observado durante la infección en pollos no editados genéticamente.
La edición genética también ayudó a limitar la propagación del virus a uno de los cuatro pollos no modificados genéticamente colocados en la misma incubadora y no hubo transmisión a aves editadas genéticamente.
Así, los científicos descubrieron que, en las aves editadas con el gen ANP32A, el virus se había adaptado para conseguir el apoyo de dos proteínas relacionadas, ANP32B y ANP32E, para replicarse. Tras las pruebas de laboratorio, los científicos averiguaron que algunas de las mutaciones permitían al virus utilizar la versión humana de ANP32, pero su replicación seguía siendo baja en cultivos de células de las vías respiratorias humanas.
“La edición genética ofrece una ruta prometedora hacia la resistencia permanente a las enfermedades, que podría transmitirse de generación en generación, protegiendo a las aves de corral y reduciendo los riesgos para los humanos y las aves silvestres. Nuestro trabajo muestra que detener la propagación de la gripe aviar en pollos requerirá varios cambios genéticos simultáneos”, asegura el profesor del Instituto Roslin, Mike McGrew.
En este sentido, los hallazgos demuestran que la edición única del gen ANP32A no es lo suficientemente robusta para su aplicación en la producción de pollos, según el equipo.
Para prevenir la aparición de virus de escape, es decir, que se adaptan para evadir la edición genética y causar infección, el equipo de investigación ha apuntado a continuación a secciones adicionales de ADN responsables de producir las tres proteínas (ANP32A, ANP32B y ANP32E) dentro de células de pollo cultivadas en laboratorio. Por ello, el siguiente paso será intentar desarrollar pollos con modificaciones en los tres genes, que aún no se han producido aves.
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