BRUSELAS, 11 (EUROPA PRESS)
El secretario de Estado para la Unión Europea, Pascual Navarro, ha comparecido durante el pleno del Comité de las Regiones suscitado en el marco de la Semana de las Regiones para poner en valor la Presidencia española del Consejo de Europa, la “última completa” antes de las elecciones y en la que se están adoptando hasta 120 acuerdos que “repercutirán en los ciudadanos”.
Tal y como ha apuntado, el programa de la Presidencia se basaba en cuatro prioridades con el “ciudadano europeo” como hilo conductor, siendo la primera de ellas la necesidad de ahondar en políticas encaminadas a la “reindustrialización y autonomía estratégica” del continente.
Así, ha apuntado que, tras años de trabajo hacia esa autonomía, la pandemia o la “agresión rusa” a Ucrania han puesto de manifiesto “la necesidad de superar las vulnerabilidades más grandes”.
Considera Navarro que la apertura internacional “ha sido beneficiosa” para la Unión Europea, si bien “no se puede negar” que hay mucha dependencia “de un número reducido de países”, lo cual “ha afectado al bienestar de los ciudadanos europeos”.
En este punto, ha visto necesario “construir una Unión Europea que ya se beneficia de todas las ventajas del comercio internacional, pero que no dependa de un número reducido de actores para bienes esenciales”, apuntalando una “visión de futuro” que pasa por “estrechar lazos con los socios más fiables”.
MÁS TRANSICIÓN VERDE
La segunda de estas prioridades puestas de manifiesto en la Presidencia del Gobierno de España es avanzar en una transición verde que venga a “frenar la crisis climática”, creando oportunidades para “reducir drásticamente la dependencia energética y la factura eléctrica” haciendo “más competentes a las empresas y eliminando la pobreza energética”.
Para todo ello, medidas como la reforma eléctrica o las leyes de Industria y de cero emisiones han regido los “expedientes centrales de la Presidencia española”.
Una tercera prioridad, según ha desgranado, ha sido “impulsar una mayor justicia económica y social” con propuestas como la de redvisar el marco financiero plurianual o la reforma de la gobernanza económica por la vía de nuevas reglas estructurales.
Sugiere además ahondar en la adopción de medidas de igualdad de trato entre personas, así como de igualdad de género, infancia o discapacidad; punto en el que ha sacado a colación la propuesta de una tarjeta de discapacidad a nivel europeo.
Y como premisa “crucial”, ha hablado de la necesidad de reforzar la unidad de Europa, algo que pasa también por “apoyar a Ucrania con solidaridad”.
Eso sí, ha apuntado que hay que ser capaz a nivel continental de mejorar en una “gestión eficiente de procedimientos” en cuanto a migración y asilo, así como de flujos migratorios de una forma “ordenada y responsable”.
En el ámbito de la cohesión, ha recordado que el Parlamento Europeo está impulsando acciones para territorios con riesgo de despoblación, con especial atención a las zonas ultraperiféricas.
Dentro del debate de la despoblación, ha abundado en que la Presidencia española quiere apuntalar la necesidad de ser más precisos en la “identificación de necesidades de las regiones” para “estimular el debate”.
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