MADRID, 09 (SERVIMEDIA)
Un informe de la Comisión de Neurología de la revista ‘The Lancet Neurology’ ha pronosticado que, si no se toman medidas urgentes, el número de personas que fallecen por un accidente cerebrovascular en todo el mundo aumentará en un 50% de aquí a 2050 hasta alcanzar los 9,7 millones de fallecidos anuales con un coste de 2,3 billones de dólares al año.
El informe sobre ‘Soluciones pragmáticas para reducir la carga global de accidentes cerebrovasculares: una Organización Mundial de Accidentes Cerebrovasculares’ advierte del creciente impacto económico y de salud por accidente cerebrovascular entre 2020 y 2050, que afectará de manera desproporcionada a los países de ingresos bajos y medianos.
Los autores confirmaron que el número de personas que sufrieron un derrame cerebral, que murieron o quedaron con discapacidad, casi se duplicó en los últimos 30 años, y la gran mayoría de las personas afectadas se encontraban en los países de ingresos bajos y medianos, donde la prevalencia de esta patología está aumentando a un ritmo más rápido que en los países de ingresos altos.
Por ello, si las tendencias actuales continúan, no se alcanzará uno de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) clave de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y que tiene como objetivo reducir en un tercio las 41 millones de muertes prematuras por enfermedades no transmisibles (incluidos los accidentes cerebrovasculares) para 2030.
ELEVADOS COSTES
De hecho, aseguró el profesor de la Universidad Tecnológica de Auckland (Nueva Zelanda) y copresidente de la Comisión de ‘The Lancet’, Valery L. Feigin, “el accidente cerebrovascular tiene un coste enorme para la población mundial, provocando la muerte y la discapacidad permanente de millones de personas cada año, y costando billones de dólares”.
En la nueva Comisión, los autores utilizaron los métodos de estudio de la Carga Global de Enfermedades (GBD) para proporcionar estimaciones de la carga de accidentes cerebrovasculares entre 2020 y 2050 en los países de ingresos altos, los países de ingresos bajos y medianos y por las principales regiones y edades del mundo con GBD.
Teniendo en cuenta el crecimiento de la población y el envejecimiento en la mayoría de los países, su análisis indica que el número de personas que mueren anualmente por accidente cerebrovascular en todo el mundo aumentará en un 50%, pasando de 6,6 millones en 2020 a 9,7 millones en 2050.
Se prevé que el número de muertes por accidentes cerebrovasculares en los países de ingresos bajos y medianos aumente de forma considerable, ampliando la brecha con los países de ingresos altos, al pasar de 5,7 millones en 2020 a 8,8 millones en 2050.
PAÍSES CON INGRESOS ALTOS
Por el contrario, se estima que las muertes por accidentes cerebrovasculares en los países de ingresos altos se mantendrán prácticamente sin cambios en alrededor de 900.000 entre 2020 y 2050. Esto indica que la proporción de muertes por accidentes cerebrovasculares a nivel mundial que ocurren en los países de ingresos bajos y medianos aumentará del 86% en 2020 al 91% en 2050.
En este sentido, el presidente electo de la Organización Mundial de Accidentes Cerebrovasculares y uno de los autores principales de la Comisión, el profesor Jeyaraj Pandian, aseguró que “Asia representó, con diferencia, la mayor proporción de muertes por accidentes cerebrovasculares a nivel mundial en 2020 (61% con 4,1 millones de muertes) y se prevé que aumente a cerca del 69% para 2050”.
Del mismo modo, añadió, “el número anual de muertes por accidentes cerebrovasculares que se producen en los países del África subsahariana aumentará del 6% en 2020 al 8% en 2050. Tenemos que examinar de cerca qué está causando este aumento. incluida la creciente carga de factores de riesgo no controlados, especialmente la presión arterial alta, y la falta de servicios de prevención y atención de accidentes cerebrovasculares en estas regiones”.
Si bien se prevé que la tasa de mortalidad mundial entre las personas mayores de 60 años caiga un 36% (566 muertes por 100.000 en 2020 a 362 por 100.000 en 2050), entre los menores de 60 años se prevé que caiga menos del 25% (13 por 100.000 en 2020 a 10 por 100.000 en 2050).
Los autores del estudio señalaron que la menor reducción entre los más jóvenes podría estar relacionada con niveles crecientes de diabetes y obesidad en este grupo de edad.
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