La labor del voluntariado ambiental de Provoca conseguirá crear nuevas zonas de sombra para preservar mejor las condiciones de la cavidad
La vicepresidenta de Cantabria, Eva Díaz Tezanos, se ha sumado esta mañana a la segunda jornada de reforestación del entorno de la cueva de Altamira, unos trabajos muy importantes para crear zonas de umbría y de frescor que ayuden a reducir el impacto de la temperatura exterior sobre la superficie de entrada y vestíbulo de la cavidad.
Así lo han puesto de manifiesto la vicepresidenta y la directora del Museo de Altamira, Pilar Fatás, quienes han agradecido expresamente a los voluntarios esta labor, que además utiliza especies arbóreas que tratan de recrear el entorno natural de los tiempos de Altamira.
Díaz Tezanos ha apuntado que las actividades del Plan Provoca de voluntariado y educación ambiental sirven para incrementar la concienciación medioambiental entre la sociedad y ha agradecido la colaboración generosa de la Asociación Cultural Bosques de Cantabria y del Museo Altamira
En total, cerca de un centenar de voluntarios se han sumado a esta actividad, que ha contado también con la la presencia del concejal de Santillana del Mar, Ángel Rodríguez; el director general del CIMA, Jesús García, y el presidente de la asociación cultural Bosques de Cantabria, Clemente Rasines.
Recrear el paisaje de los tiempos de Altamira
La plantación, en la que ha colaborado el Museo de Altamira, responde a un cuidadoso diseño que pretende aunar criterios de conservación para la cueva y de adecuación paisajística del entorno.
La primera fase de este proyecto de ambientación paisajística se realizó en octubre de 2017 y sus buenos resultados, al haber arraigado prácticamente todas las especies sembradas, animaron a los organizadores a acometer esta nueva jornada de trabajo en la que se han completado los espacios que quedaron por replantar.
Durante la jornada, se plantarán fresnos, alisos, robles, avellanos, arces, encinas o sauces, arbustos y líquenes, que facilitarán la recreación de un paisaje de gran valor ecológico que podría haber sido aquel en el que habitaron los grupos de cazadores-recolectores del Paleolítico superior.
Las especies elegidas, todas ellas procedentes del vivero forestal de Bosques de Cantabria, corresponden a variedades cuya presencia ha sido constada por estudios derivados de análisis polínicos y antracológicos de los yacimientos de Altamira, tras la excavación de 2002, así como de otros yacimientos cercanos como el de Cualventi en 2003; El Linar, en 2004, y el yacimiento de las Aguas en 2005.
Además de participar en la plantación, los voluntarios realizarán una visita al interior de la Neocueva y al museo de Altamira, acompañados por unos guías que les han facilitado la posibilidad de descubrir cuáles eran las condiciones ambientales y el paisaje de este lugar hace decenas de miles de años.
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