Wennesland denuncia la “incansable expansión” de estos asentamientos y pide a Israel que “cese toda la actividad” en los mismos
MADRID, 28 (EUROPA PRESS)
El enviado de Naciones Unidas para el proceso de paz en Oriente Próximo, Tor Wennesland, ha recalcado que los asentamientos israelíes en Cisjordania y Jerusalén Este “socavan sistemáticamente” la viabilidad de un Estado palestino, lo que dificulta la solución de dos estados, y ha reiterado que “no tienen validez legal y suponen una violación flagrante del Derecho Internacional”.
Wennesland ha recordado que la resolución 2334 del Consejo de Seguridad de la ONU, aprobada en 2016, pide a Israel “detener de forma inmediata y completa toda la actividad de asentamientos en los Territorios Palestinos Ocupados, incluido Jerusalén Este”, antes de incidir en que “la actividad en los asentamientos ha continuado, a pesar de ello”.
“Las autoridades israelíes han avanzado planes para 6.300 unidades de vivienda en el Área C, incluida la ‘legalización’ retroactiva, bajo la ley israelí, de tres asentamientos cerca del asentamiento de Eli. En Jerusalén Este, se han avanzado cerca de 3.580 unidades de vivienda”, ha reseñado.
Asimismo, ha manifestado que el Gobierno israelí eliminó en junio el requisito de la aprobación ministerial en las etapas preliminares de planificación de asentamientos y lo delegó al Ministerio de Defensa, lo que allana los trámites para una mayor expansión de estos asentamientos.
“Sigo profundamente preocupado por la incansable expansión de los asentamientos israelíes en la Cisjordania ocupada, incluido Jerusalén Este, con el avance de más de 10.000 unidades de vivienda en este periodo de informe”, ha dicho Wennesland, que ha argüido que “los asentamientos refuerzan la ocupación, alimentan la violencia e impiden el acceso de los palestinos a sus tierras y recursos”.
“Pido al Gobierno de Israel que cese toda la actividad en los asentamientos y que los desmantele inmediatamente, en línea con sus obligaciones bajo el Derecho Internacional”, ha sostenido, al tiempo que ha denunciado la demolición e incautación de “estructuras palestinas”, incluidos “proyectos humanitarios financiados internacionalmente”.
Por otra parte, ha mostrado su “grave preocupación” por “la intensificación de la violencia en Cisjordania e Israel”, que ha alcanzado “niveles no vistos en décadas”, así como “el uso de armas cada vez más letales, también contra zonas densamente pobladas”. “Son necesarios pasos inmediatos para reducir las tensiones”, ha manifestado.
“Condeno todos los actos de violencia contra los civiles, incluidos los actos de terrorismo. Estos actos nunca pueden ser justificados y deben ser condenados por todos”, ha señalado Wennesland, que ha mostrado también su “conmoción” por “los altos niveles de violencia relacionada con los colonos, a menudo en los alrededores de las fuerzas de seguridad”.
“Israel debe actuar para detener toda la violencia de los colonos. Reclamo a Israel, como potencia ocupante, que se ciña a sus obligaciones bajo el Derecho Internacional para proteger a la población palestina contra todos los actos o amenazas de violencia”, ha incidido, al tiempo que ha destacado que “las fuerzas de seguridad deben ejercer máxima contención a la hora de usar la fuerza letal”.
En esta línea, ha señalado que los últimos incidentes violentos en la Franja de Gaza, cerca de la valla de separación, “son un recordatorio de la fragilidad de la situación y del riesgo de escalada”. “A pesar de la reducción de algunas restricciones de acceso, hay que hacer más para aliviar la situación humanitaria y mejorar la economía y la libertad de movimiento”, ha explicado.
“Sin embargo, sólo las soluciones políticas sostenibles, con el objetivo último de retirar el debilitante cierre israelí en línea con la resolución 1860 del Consejo de Seguridad de la ONU, restaurará la esperanza entre la población de Gaza, que sufre desde hace mucho”, ha subrayado.
“No hay sustituto para un proceso político legítimo que resuelva los problemas principales que alimentan el conflicto”, ha dicho Wennesland, que ha mostrado su “compromiso” a la hora de “apoyar a palestinos e israelíes para poner fin a la ocupación y resolver el conflicto en línea con el Derecho Internacional”.
Wennesland ha insistido en que el objetivo debe ser materializar “la visión de dos estadso: Israel y un Estado palestino independiente, democrático, contiguo, viable y soberano, que vivan lado a lado en paz y seguridad en fronteras seguras y reconocidas, a partir de las líneas previas a 1967, con Jerusalén como capital compartida de ambos estados”.
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