VALLADOLID, 28 (EUROPA PRESS)
Los embalses gestionados por la Confederación Hidrográfica del Duero (CHD) cierran el año hidrológico, este sábado, 30 de septiembre, al 31,7 por ciento de su capacidad total, un valor superior al de hace un año (28,9 por ciento) pero ocho puntos porcentuales por debajo de la media de la década (39,6 por ciento).
Según ha informado la CHD, la cuenca ha sufrido de nuevo un año “seco”, de forma generalizada aunque con efectos desiguales en cada uno de los sistemas.
Las expectativas existentes en los primeros meses de campaña auguraban un escenario complejo para su desarrollo pero la climatología de los meses de junio y septiembre, con una “drástica reducción” de la demanda de agua de los regadíos, ha permitido llegar a 30 de septiembre con unos niveles de reservas en los embalses superiores a losprevistos, lo que ha facilitado el desarrollo de la campaña de riego, aunque no pudiendo ha sido necesario aplicar limitaciones, que se ha han prolongado durante toda la campaña en el sistema Pisuerga – Bajo Duero.
A salvo de las limitaciones en dicho sistema, la campaña de riego se ha desarrollado en la cuenca de forma satisfactoria y sin graves trastornos.
Todos los sistemas de explotación cumplirán con los volúmenes de embalse que se habían fijado como mínimos para el final del año hidrológico por la Comisión de desembalse, además de que la climatología favorable del final del verano no ha generado un aumento de las reservas pero sí ha permitido una reducción drástica de las necesidades de aportación desde los pantanos.
Esto permitirá abordar el inicio del nuevo año hidrológico con más”optimismo”, aunque siempre pendientes de la evolución climatológica de los próximos meses, ha aseverado el organismo de cuenca
El embalse de Villameca finaliza el año hidrológico con un 20,6 por ciento de su capacidad, 14 puntos más que hace un año; y el de Barrios de Luna también se encuentra en una marcada mejor situación que hace un año, con el doble de reserva que en aquel momento (58,8 hectómetros cúbicos frente a 27,7), aunque algo por debajo de los valoresmedios.
Los embalses del sistema Esla (Riaño y Porma) se encuentran con unos niveles dereserva sustancialmente inferiores a los habituales (26,6 y 27 por ciento, respectivamente), mientras que el sistema Carrión y el sistema Pisuerga han podido finalizar el año con el 20,8 y un 15 por ciento, respectivamente.
El embalse de Cuerda del Pozo (Alto Duero) mejora su situación con respecto a hace un año (41,6 por ciento frente al 32 por ciento), aunque sigue sufriendo los efectos de la sequía y se mantiene alejado de los valores habituales para esta fecha (52,7 por ciento).
Por su parte, el sistema Arlanza se encuentra en una peor situación respecto al año pasado, con un 50,7 por ciento y los sistemas Riaza y Adaja finalizan el año hidrológico con valores muy similares alos del año pasado y a los medios (49,3 y 45,9 por ciento respectivamente).
Asimismo, el sistema Tormes termina con un volumen de embalse apreciable, el 46,3 por ciento de au capacidad, mejor situaciónque hace un año y muy cerca de los valores habituales. Los embalses del Águeda, por su parte, presentan una situación más favorable que la habitual.
Concluido el período oficial de la campaña de riego, el Organismo valorará la autorización de riegos esporádicos durante el mes de octubre en aquellos sistemas donde las dotaciones estimadas de referencia no se han alcanzado y donde la situación hidrológica lo permita.
SEQUÍA.
Respecto a la situación de sequía meteorológica en la cuenca, el año hidrológico 2022/2023 comenzó en una situación “muy comprometida” porque a final de noviembre un 70 por ciento de la superficie de la cuenca se encontraba en situación de sequía prolongada.
Las copiosas lluvias de diciembre y enero hicieron que de enero a mayo toda la cuenca se encontrara en normalidad. A partir de mayo la superficie de la cuenca en situación de sequía prolongada fue creciendo hasta alcanzar un 90 por ciento en julio.
Con respecto a la escasez, señalar que se ha finalizado el año hidrológico con un 40 por ciento de la cuenca en situación de alerta o emergencia, situación que se ha centrado en las UTEs centrales de la cuenca Carrión, Pisuerga y Bajo Duero, lo que justifica las mayores restricciones de uso del agua.
El año hidrológico 2022/2023 comenzó con siete UTEs con sequía declarada por el Organismo de cuenca: Támega-Manzanas, Tera, Órbigo, Torío-Bernesga, Carrión, Pisuerga y bajo Duero que ocupan el 38 por cienti de la superficie de la cuenca. En marzo de 2023, debido a las copiosas lluvias de diciembre y enero, salieron cuatro UTEs de esasituación, aunque han permanecido en situación excepcional de sequía prolongada Torío-Bernesga, Pisuerga y Bajo Duero que ocupan un 20 por ciento de la superficie de la cuenca.
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