MADRID, 23 (SERVIMEDIA)
La vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo en funciones y líder de Sumar, Yolanda Díaz, acusó este sábado al presidente del PP, Alberto Núñez Feijóo de “hacer perder el tiempo” a los españoles y de protagonizar un “fraude constitucional con el artículo 99” con su intento de investidura.
Lo dijo durante su intervención en un acto de Sumar en Madrid, en el que consideró “vital” conseguir que “lo que la gente votó el 23 de julio: que no gobiernen la derecha y la extrema derecha” y auspiciar “un país mejor que continuación la del gobierno de coalición progresista”.
En ese sentido, arguyó su pretensión de “ganar el país” para “transformar la vida de la gente”, algo que, a su juicio, “no es fácil ni ha sido fácil”, puesto que una parte de la ciudadanía considera la política “un gran problema”.
Por ello, señaló que lo importante no es sólo conseguir la reedición del Gobierno de coalición, sino lograr que este sea “mejor en las formas y mejor en el fondo”, lo cual pasa por “ganar más derechos”.
Esto le permitió contraponer su aspiración a la forma que Feijóo y el presidente de Vox, Santiago Abascal, conciben la política, como un modo de azuzar el “enfrentamiento”. “Unos, desde el odio; y otros, queriendo llevar la crispación a las calles”, sintetizó la acción de ambos líderes.
Abundó en que Feijóo y Abascal “representan la política del ‘no’, son políticos que incluso dicen no antes de que exista un futuro gobierno de coalición progresista” y presentó sus políticas como la de la “sanidad pública decente”, “subir los salarios” o “ganar derechos para la ciudadanía”. “Son las políticas de estar enfadados permanentemente”, apostilló.
Frente a “unas políticas que tan sólo buscan que una parte del país se enfrente a la otra parte del país”, observó que la sociedad “quiere todo lo contrario”, lo que pasa por el “entendimiento”, el “sosiego”, “escuchar”, “dialogar”. En resumen, reclaman “una política que no sólo llegue a acuerdos, sino que sea política útil, que no traslade los problemas a la ciudadanía, que se los resuelva”.
LENGUAS COOFICIALES
Yolanda Díaz dedicó un espacio de su discurso al uso de las lenguas cooficiales al deslizar que “la España constitucional es la que habla en distintas lenguas, la que habla en euskera, la que habla en galego, la que habla en castellano, la que habla en catalán”.
Se revolvió contra quienes buscan “arrojar unas lenguas a otras” y defendió la posibilidad de “abrazarnos en ‘galego’ y en catalán”. “Esto es España”, sentenció.
A su juicio, “lo raro es tener un presidente de la Xunta que ‘fala galego’ allí (en Galicia) y vota en contra en el Congreso de los Diputados y las diputadas para que sus ciudadanos y ciudadanas puedan seguir ‘falando galego’ o ‘falando’ catalán o hablando en las lenguas de nuestro Estado”.
“FRAUDE CONSTITUCIONAL”
Díaz elevó el tono contra Feijóo, a quien acusó de liderar “una derecha que está en un proceso destituyente contra el Gobierno de coalición progresista no nato, una derecha que no tiene más objetivo político que tensionar a su país, una derecha que arroja una parte de España contra la otra, una derecha que solamente grita, que hace ruido, que odia”.
Dictaminó que Feijóo y Abascal se comportan de esta manera porque “están desesperados”, porque “no tienen proyecto de país” y porque “no tienen futuro”, lo que le sirvió para instar a tomarse el intento de investidura del primero como “la antesala de lo que va a venir”, en referencia a un eventual advenimiento de un nuevo gobierno de coalición progresista.
A pesar de ello, lamentó que Feijóo “nos hace perder el tiempo” y le acusó de perpetrar un “fraude constitucional con el artículo 99” y de “mentir a la ciudadanía”, ya que “quería mucho tiempo porque necesitaba hablar con todas las formaciones políticas y él mismo se metió en su trampa” y dijo que “quería hablar con los presidentes y las presidentas de las comunidades autónomas, pero es que ni siquiera esto hizo”. “Se miente a sí mismo”, deploró.
Ante esta situación, animó a los suyos a “dar un paso adelante”, máxime en un momento en el que hay “incertidumbre”, como lo atestigua la “recesión” de Alemania y la “recesión técnica” de Países Bajos, donde “la gente lo está pasando mal”, para actuar desde el Gobierno con una agenda progresista.
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