Las-Heras considera que “lo razonable” sería esperar a ver las alegaciones que hace el fabricante
OVIEDO, 16 (EUROPA PRESS)
El profesor Fernando Las-Heras, catedrático del área de Teoría de la Señal y Comunicaciones del Departamento de Ingeniería Eléctrica de la Universidad de Oviedo, ha explicado que el exceso de radiación electromagnética detectado en los iPhone 12 en Francia puede generar aumentos en la temperatura corporal, lo que implica un riesgo biológico aunque no un daño.
Después de que el ministro francés de Transición Digital y Telecomunicaciones, Jean-Noël Barrot, anunciara este lunes que Francia ha interrumpido la comercialización del iPhone 12 en el país por emitir ondas peligrosas por encima de los estándares actuales, el catedrático de la Universidad de Oviedo ha explicado a Europa Press que estas ondas electromagnéticas de bandas de radio son las que emiten los dispositivos de comunicación inalámbrica.
Existen unas recomendaciones normativas al respecto de las emisiones de estos equipos y su afectación a la seguridad humana. Estas recomendaciones, ha indicado, se han realizado en base a estudios científicos que determinaron la tasa de absorción específica de energía (SAR por sus siglas en inglés) por parte del cuerpo humano. Esa tasa se considera segura hasta los 4 vatios por kilogramo (W/kg).
Los científicos, ha explicado Las-Heras, determinaron que a partir de los cuatro vatios por kilogramo podría excederse en un grado la temperatura basal del cuerpo humano, lo que implica un “riesgo biológico de aumento de la temperatura por encima de lo que en teoría se puede llegar a termorregular”.
Un informe de la Agencia Nacional de Frecuencias francesa (ANFR) ha constatado a través de una serie de pruebas propias de que los iPhone 12 superan el índice de absorción específica de energía permitido, alcanzando los 5,74 W/kg en brazos y piernas.
No obstante, el catedrático universitario ha matizado que “hay un margen muy grande” para que no implique problemas para la salud, ya que la tasa de 4 W/kg de SAR se refiere al total del cuerpo humano, y el valor se ha excedido en las extremidades. De hecho, ha apuntado, en la normativa europea la tasa de absorción específica de energía el está limitado a 0,08 W/kg para el cuerpo entero, valor que estos dispositivos móviles no superan según las mediciones realizadas.
Las-Heras explica que los seres humanos estamos “siempre” sometidos a campos electromagnéticos que tienen “cierto efecto”, pero en el caso de este exceso de absorción “el efecto biológico pasa a ser riesgo biológico, lo cual no significa que haya un daño biológico porque depende de las personas”.
El profesor ha indicado que esta situación “no es nueva”. En el 2019 ocurrió lo mismo también en Francia, donde doce prototipos medidos no cumplían los niveles de SAR. “Diez al final los adaptó el fabricante y hubo dos que tuvieron que retirar del mercado”, ha agregado.
“LO RAZONABLE ES ESPERAR A VER LAS ALEGACIONES DEL FABRICANTE”
Una vez detectado el exceso de SAR, Las-Heras considera que “lo razonable” sería esperar a ver las alegaciones que hace el fabricante, por si tiene algún certificado de laboratorios acreditados que demuestre que ha hecho las mediciones y que cumplen con los parámetros.
En España, ha agregado, el órgano competente es la Secretaría General de Telecomunicaciones. Para Las-Heras, una vez que un país miembro de la Unión Europea hace estas mediciones “sería inmediato” que los demás países revisaran, inspeccionaran o miraran esa inspección que ha hecho este país y que ha dado por resultado que no pasa la normativa.
A su juicio, la clave puede estar en cómo se han hecho las mediciones y cómo se han verificado. “Las medidas no son exactas y además no se pueden hacer unas medidas muy directas; tú no puedes meter una antena dentro de tu cerebro para ver cuál es la SAR en tu cerebro”, ha explicado.
Lo que se hace es utilizar unos muñecos que rellenan de un líquido dieléctrico que simula las propiedades dieléctricas y conductoras de los tejidos del cuerpo humano. “Lo rellenas de ese líquido y ya luego metes una sonda, una antena, que te mide con un receptor el nivel de energía electromagnética”, relata.
“Eso no es una medida directa sobre un cerebro de una persona”, ha defendido, con lo cual se han tenido que establecer unas normas armonizadas para hacer todos los ensayos conforme a un procedimiento.
Fernando Las-Heras, miembro del Comité Científico Asesor en Radiofrecuencias y Salud (CCARS) desde 2016, ha sido vocal del IEEE (Institute of Electrical and Electronics Engineers). Además, ha dirigido y participado numerosos proyectos de I+D y publicado más de 230 artículos sobre temáticas de antenas, propagación, metamateriales y problemas inversos con aplicación a la medida de antenas y localización.
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