MADRID, 13 (SERVIMEDIA)
Este miércoles se cumple un año de la detención en Teherán de la joven kurda Mahsa Amini, de 22 años, acusada por la policía de la moral de contravenir la obligación de llevar velo en público. Fue golpeada cuando estaba bajo custodia policial y murió tres días después.
A partir del viernes a las 20.00 y hasta el sábado a las 8.00, una vigilia en Madrid honrará la memoria de Amini y de las cientos de personas fallecidas en las protestas que desde entonces se desataron.
Organizada por Amnistía España e ideada por la Asociación Iraní por los Derechos Humanos en España y un grupo de valientes mujeres iraníes, la Vigilia tendrá lugar en la plaza Juan Goitisolo, frente al Museo Reina Sofía.
Durante el acto, se encenderán velas, se llevará a cabo una performance y se guardarán varios minutos de silencio para recordar a las víctimas.
Según Amnistía, la muerte de Mahsa Amini desencadenó multitud de manifestaciones y una “brutal represión en Irán”, que se saldó con miles de personas detenidas, cientos de manifestantes fallecidos y al menos siete ejecuciones extrajudiciales.
En todas estas protestas, un mensaje ha sido la clave: “Mujer, Vida, Libertad”. Es el símbolo de la lucha de las mujeres iraníes, que se cansaron de no ver respetados sus derechos y libertades y de estar perseguidas por leyes y prácticas discriminatorias, como la obligación de llevar el velo.
AI agregó que, ante la inminencia del primer aniversario, Irán ha intensificado la represión contra activistas y familiares, con más detenciones ilegales y la imposición a los universitarios de firmar por escrito que no participarán en protestas.
IMPUNIDAD
A lo largo del año pasado, “las autoridades iraníes cometieron un sinfín de crímenes de derecho internacional para erradicar cualquier desafío a su férreo control del poder”, denunció Amnistía.
Hablamos de “cientos de homicidios ilegítimos; la ejecución arbitraria de siete manifestantes; decenas de miles de detenciones arbitrarias; tortura generalizada —incluida la violación bajo custodia—, el hostigamiento generalizado de familiares de víctimas que exigen verdad y justicia, y represalias contra mujeres y niñas que cuestionan la obligatoriedad del velo”.
Entre ellas, destacan la confiscación de automóviles y la negación del acceso al empleo, a la educación, a la atención a la salud, a servicios bancarios y al transporte público. Simultáneamente, han procesado y condenado a mujeres a penas de prisión, multas y castigos degradantes, como lavar cadáveres.
En un comunicado, Amnistía instó a la comunidad internacional a “buscar vías de justicia para acabar con la impunidad sistémica de los funcionarios iraníes responsables de cientos de homicidios ilegítimos de manifestantes y de torturas generalizadas”.
Indicó que este ataque a los derechos de las mujeres se produce en medio de una oleada de declaraciones oficiales cargadas de odio en las que la elección de no llevar velo es tildada de “virus”, “enfermedad social” o “trastorno”, y equiparada a un “acto de depravación sexual”.
Amnistía animó a todos los Estados a ejercer la jurisdicción universal y otras jurisdicciones extraterritoriales en relación con los crímenes de derecho internacional y otras violaciones graves de los derechos humanos cometidas por las autoridades iraníes, con independencia de que los acusados estén presentes o no en su territorio.
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