MADRID, 13 (EUROPA PRESS)
La coalición rebelde tuareg Coordinación de Movimientos del Azawad (CMA) y el Ejército de Malí han reclamado la victoria tras enfrentarse en la localidad de Bourem, en la región oriental de Gao.
El Estado Mayor de las Fuerzas Armadas malienses ha informado de que sus tropas atacaron a primera hora de la mañana a un grupo de vehículos que estaban en fase de preparación de ataques contra militares y civiles.
Los enfrentamientos se habrían saldado con 46 rebeldes muertos y otros diez por parte del Ejército, que posteriormente ha repelido mediante acciones aeroterrestres un atentado. “Una serie de ataques también han tenido como objetivo una localidad en dirección a Bourem y un grupo de vehículos”, según se lee en un comunicado.
El balance provisional de víctimas tras esta operación incluye a 46 “terroristas”, de los cuales tres han sido identificados como responsables de los ataques, más de 20 vehículos destruidos, incluidas armas. Además, en las tropas se han registrado diez muertos y trece heridos, todos ellos evacuados a Gao.
“Las Fuerzas Armadas de Malí mantienen el noble espíritu de su responsabilidad de defender la integridad del territorio nacional y proteger a las personas y sus bienes. Lucharán contra los terroristas ilegales que atacan a civiles indefensos sin reservas”, reza la misiva.
Por su parte, la CMA ha comunicado haber llegado a controlar las posiciones del Ejército, aunque finalmente las abandonaron tras llevarse del lugar armas y municiones, según recoge la emisora Radio France International.
La coalición rebelde tuareg afirmó el día anterior al ataque que se encuentra “en estado de guerra” con la junta militar de Malí tras denunciar una serie de ataques por parte del Ejército y los mercenarios del Grupo Wagner, en un nuevo vaparalo a la estabilidad de los Acuerdos de Paz firmados en 2015 en la capital de Argelia, Argel.
Este anuncio llega tras meses de tensiones en torno a la suspensión del diálogo entre las partes firmantes del acuerdo de paz de 2015, decisión adoptada en diciembre por la CMA, que exigió un proceso de mediación internacional en un lugar neutral ante la falta de voluntad de la junta maliense para cumplir con lo pactado.
Antes de ello, la coalición tuareg pidió a Argelia una reunión de urgencia ante lo que percibían como el colapso del acuerdo de paz firmado dicho país en 2015, alegando la “persistente falta de voluntad política de las autoridades de transición” para poner fin a las hostilidades en la región de Azawad, donde los separatistas exigen una mayor autonomía.
En virtud del pacto firmado en 2015, los grupos separatistas tuareg pasaron a formar parte de las Fuerzas Armadas, se selló un alto el fuego y se propuso dotar de más competencias a la parte septentrional de Malí, así como la creación de una fuerza de seguridad regional y un plan de desarrollo.
Malí se encuentra en la actualidad dirigido por una junta militar tras los golpes de Estado perpetrados en agosto de 2020 y mayo de 2021, ambos encabezados por Assimi Goita, actual presidente de transición. Goita se ha distanciado de Francia y ha reclamado la retirada de los ‘cascos azules’ de Naciones Unidas, al tiempo que ha estrechado lazos con Rusia.
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