MADRID, 11 (EUROPA PRESS)
La edición de 2023 de la Vuelta Ciclista a España afrontará a partir de este martes su última semana de carrera, marcada por la presencia de las siempre atractivas etapas en suelo asturiano, con la llegada sobre del ‘coloso’ L’Angliru.
Con el estadounidense Sepp Kuss liderando la ‘dictadura’ del Jumbo-Visma, el equipo neerlandés tendrá que defender este dominio en los días decisivos que definirán el ganador y el podio final de la ‘grande’ española, que afrontó este lunes su segunda jornada de descanso.
El pelotón volverá a ponerse en marcha este martes con una decimosexta etapa en Cantabria, de corto kilometraje (120,5 kms), con salida en Liencres y final muy explosivo en alto en el ‘muro’ de Bejes, 4,8 kilómetros con pendiente media del 8,8 por ciento y muy duro al inicio y al final.
Y al día siguiente llegará una de las jornadas siempre más esperadas en la Vuelta. En la etapa 17, de nuevo corta (125 kms), llega el gran ‘coloso’ de los montes españoles, el Alto del Angliru, de categoría especial (12,4 kms al 9,8%) y que pondrá a prueba a todos los aspirantes con sus rampas superiores al 20 por ciento hacia la meta y posibles condiciones meteorológicas adversas que lo endurezcan más. Además, antes de esta subida final, los corredores tendrán que lidiar con dos puertos de primera categoría, el Alto de la Colladiella (7,8 km al 7,1%), y el Alto del Cordal (5,4 km al 9,2%).
El último final en alto de la Vuelta llegará en la jornada 18, con la segunda cima asturiana que acoge un final en esta edición, el inédito alto de La Cruz de Linares, de primera categoría (8,3 kms al 8,6%) y también de mucha dureza para una jornada de 178,9 kms desde que la caravana salga de Pola de Allande y con las dificultades del Alto de las Estacas (2ª categoría), el duro Puerto de San Lorenzo (1ª categoría) y el explosivo Alto de Tenebredo (3,4 kms al 9,5%).
La antepenúltima etapa de la Vuelta será entre La Bañeza e Íscar, exactamente 177,1 kilómetros totalmente llanos, en los que los equipos de los esprinters deberán hacer frente al desgaste acumulado y las fugas para forzar la llegada masiva, en una de las más opciones más claras para ello, junto a la jornada final.
En caso de que la carrera llegue abierta a la penúltima jornada, los corredores de la general tendrán 208 kilómetros, la etapa más larga de esta edición, entre Manzanares El Real y la Sierra de Guadarrama, con más de 4.000 metros de desnivel, sin ascensiones pronunciadas, pero con hasta 10 puertos de tercera categoría, en un recorrido más propio de una clásica que de una gran vuelta y que será la baza final para las emboscadas de los favoritos.
El broche final a la 78 edición de la Vuelta España lo pondrán 66 kilómetros entre el Hipódromo de la Zarzuela y la ciudad de Madrid, que serán una fiesta para coronar al ganador de la carrera y una disputa de los esprinters por conseguir la última victoria parcial.
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