Museveni pide a la población mayor vigilancia ante la amenaza del grupo, vinculado a Estado Islámico
MADRID, 8 (EUROPA PRESS)
El presidente de Uganda, Yoweri Museveni, ha cifrado en más de 550 el número de presuntos miembros de las Fuerzas Democráticas Aliadas (ADF), vinculadas con el grupo yihadista Estado Islámico, muertos desde el inicio en 2021 de operaciones militares contra el grupo en el este de República Democrática del Congo (RDC).
Museveni ha destacado en un discurso ante la nación que desde el arranque de la operación ‘Shujaa’ han muerto 567 integrantes de las ADF, mientras que otros 50 han sido detenidas y 207 personas raptadas por los yihadistas han sido rescatadas.
Asimismo, ha desvelado que el Gobierno congoleño ha autorizado su propuesta para entrenar y desplegar a milicias locales para proteger las ciudades en las zonas en las que las Fuerzas Armadas ugandesas no puedan estar presentes para combatir la amenaza.
El presidente ha descartado además una amnistía para los rebeldes que se rindan y ha recalcado que “aunque se entreguen, especialmente los de línea dura que han hecho cosas malas, no se les puede perdonar”, según ha recogido el diario ugandés ‘Daily Monitor’.
“Tienen que rendir cuentas. Han hecho demasiadas cosas malas. Quizá no tengan que morir y puedan ser sentenciados a penas de cárcel”, ha dicho, antes de adelantar que algunos podrían beneficiarse posteriormente por un perdón.
“Creo que hay ventajas para ellos si se rinden. Si no, morirán. Los mataremos. Han hecho cosas malas. Han provocado todo esto”, ha reseñado, en medio de los llamamientos de las Fuerzas Armadas ugandesas a miembros de las ADF para que depongan las armas y se entreguen a las autoridades.
De hecho, varios integrantes del grupo que se entregaron el mes pasado se han beneficiado de una amnistía, por lo que las palabras de Museveni suponen un cambio en la postura del Gobierno respecto a las acciones del grupo, responsable de decenas de ataques durante los últimos años en el este de RDC y en territorio ugandés.
Por otra parte, el presidente de Uganda ha pedido a la población que “no entre en pánico”. “Es el final de las ADF. No es el inicio, no es una expansión. No hay un crecimiento (de las ADF)”, ha sostenido, al tiempo que ha reclamado una mayor vigilancia a los ciudadanos ante la amenaza.
“Ningún extraño debe entrar en vuestras iglesias. Cualquiera al que no conozcan y esté en su zona debe ser abordado, aislado y notificar a la Policía. Nadie debe entrar en vuestros bares, porque vosotros os conocéis”, ha explicado.
“Los hoteles deben comprobar los documentos de identidad. En los mercados y en los autobuses hay que cachear a las personas que vayan a entrar”, ha explicado, días después de que las fuerzas de seguridad detuvieran a siete personas tras localizar seis explosivos cerca de una iglesia y en otros puntos de la capital, Kampala.
“FUERON DERROTADOS HACE MUCHO”
El propio Museveni ha reiterado a través de su cuenta en la red social X, anteriormente conocida como Twitter, que “el país no debe entrar en pánico o preocuparse por los terroristas de las ADF, ya que fueron derrotados hace mucho”. “Las ADF fueron derrotadas en 2007”, ha dicho.
“Han recurrido a medidas desesperadas para intentar entrar en Uganda, colocar bombas e incluso asesinar a algunos de nuestros ciudadanos. Son graves errores de cálculo por las ADF y acabaremos con ellos. Conocemos a los que han planificado estos ataques y el Gobierno de RDC nos ha permitido ir (a territorio congoleño) y cazar a estos terroristas”, ha argumentado.
“Mientras actuamos contra este grupo en RDC, vuestra responsabilidad es ser extremadamente vigilante e informar a las autoridades de cualquier cara desconocida que se vea en vuestras comunidades. Interesáos por las nuevas personas que vayan a iglesias, bares y otros lugares públicos y pedid que se identifiquen”, ha apostillado.
Las ADF, un grupo ugandés creado en la década de los noventa especialmente activo en el este de RDC y acusado de la matanza de cientos de civiles en esta zona del país, podría estar intentando volver a operar en Uganda, de donde se retiró en 2003 tras una serie de operaciones militares que mermaron drásticamente su capacidad para llevar ataques en el país.
El grupo sufrió una escisión en 2019 después de que Musa Baluku –sancionado por Naciones Unidas y Estados Unidos– jurara lealtad al grupo yihadista Estado Islámico en África Central (ISCA), bajo cuya bandera actúa desde entonces. RDC y Uganda firmaron en diciembre de 2021 un acuerdo de defensa para llevar a cabo operaciones conjuntas en el este de RDC.
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