Los especialistas recomiendan evitar dietas “muy restrictivas y monótonas” y apuestan por recuperar hábitos saludables
SEVILLA, 8 (EUROPA PRESS)
El Servicio de Nutrición de los hospitales Quirónsalud Infanta Luisa y Quirónsalud Sagrado Corazón de Sevilla estima un tiempo medio de entre tres y cinco semanas para autorregular el organismo “tras los excesos del verano” toda vez que se recuperen los hábitos saludables y una vida activa, “sin necesidad de llevarlo al límite con dietas muy estrictas y restrictivas que, “en muchas ocasiones, se realizan sin ningún tipo de control y pueden resultar muy perjudiciales”.
“Si todo va en orden, y no existen muchas regresiones, en tres o cinco semanas debe estar todo en orden, siempre dependiendo del daño del que partamos”, precisa la nutricionista de los hospitales Quirónsalud Infanta Luisa y Quirónsalud Sagrado Corazón Inés Martín Pila, quien aconseja, para ello, alimentos ricos en agua y fibra, tales como frutas y verduras de temporada, preferiblemente en su versión cruda, en el caso de las verduras, y con piel, en el caso de las frutas, tal como destaca en una nota de prensa.
Algunas ideas que aporta la especialista son zanahoria o pepino en tiras, macedonia de frutas, ensaladas con frutas, incluso los altramuces o frutos secos en su versión cruda como nueces y almendras o castañas, una vez adentrados en el otoño, que, a pesar de ser legumbres frescas, son un aliado muy bueno para sobrellevar los momentos de necesidad de picoteo.
En cuanto a la retención de líquidos propia del verano, la nutricionista recomienda recuperar el hábito de calmar la sed con agua como bebida principal, seguido de la actividad física combinando ejercicios de fuerza con una vida activa, así como algunas frutas y verduras como la piña, alcachofas, espárragos, entre otros; si bien destaca que “es incluso más importante” reducir el consumo de los productos que nos hacen retener más líquidos tales como todos los snack salados, embutidos, salazones, frutos secos fritos y salados o bebidas alcohólicas como la cerveza, que aunque dan una “falsa sensación de saciar la sed realmente no es una bebida hidratante”.
“Una vez que hemos limitado al máximo la ingesta de éstos, hemos introducido la actividad física en nuestro día a día y la ingesta de agua necesaria es cuando optaríamos, en caso de seguir siendo necesario, por alimentos con propiedades diuréticas”, incide la doctora Martín Pila, al tiempo que apunta alguna fruta más recomendable por su aporte hídrico como la de temporada de verano son la sandía, melón, melocotones, nectarinas, ciruelas, entre otras.
Así, la nutricionista de los citados indica la importancia de “no saltarse el desayuno” como primera toma del día, independientemente de la hora, pero “cuando aún tengamos un hambre controlable, es decir, que no nos llegue a comer más cantidad de la realmente necesaria”. “Lo ideal sería algo de fruta, un lácteo como yogur o leche o incluso alguna bebida vegetal de calidad”, señala la especialista, si bien explica que existe también la opción tradicional de tomar pan integral con tomate, aceite de oliva virgen y alguna fuente de proteína tipo queso tierno o fresco o algún derivado del cerdo o algo de fiambre, de manera más puntual.
En este punto, resalta con especial relevancia en el desayuno el huevo, ya que “enriquece muchísimo cualquier comida al ser una fuente de proteínas de gran calidad y tener un muy buen perfil lipídico”.
Por último, sobre las llamadas dietas ‘détox’, subraya que “no se puede lanzar una recomendación general sobre este tema, puedo que depende según para quién”. A su juicio, “es una estrategia que debe estar muy bien planteada y que no se adapta a todos los pacientes”.
“Si llamamos détox a comer bien, de manera organizada, siguiendo un patrón de alimentación equilibrado, sin pasar hambre real, evitando los productos más superfluos, adelante; todos directos al plan détox”, pero si, por el contrario, “llamamos medidas détox a pasar hambre, estar largos periodos de tiempo sin ingesta alguna con la finalidad de recortar energía de la dieta, llevando a cabo conductas compensatorias, dietas monótonas, aburridas y muy muy restrictivas, olvidémonos del détox, no nos traerá ningún beneficio”, concluye la especialista.
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