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La mala calidad del aire se vincula con las olas de calor, según la ONU

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MADRID, 07 (SERVIMEDIA)

El cambio climático aumenta la intensidad y la frecuencia de las olas de calor y esas temperaturas extremas, agravadas por incendios forestales y polvo del desierto, tienen un impacto medible en la calidad del aire, la salud humana y el medio ambiente.

Así se desprende del último ‘Boletín sobre la calidad del aire y el clima’ de la Organización Meteorológica Mundial (OMM), agencia de la ONU especializada en el tiempo, el clima y el agua. Este trabajo es el tercero de una serie anual y fue difundido con motivo del Día Internacional del Aire Limpio por un Cielo Azul, que se celebra este jueves.

El informe se centra en las olas de calor para llamar la atención sobre el hecho de que las altas temperaturas impactan en la contaminación resultante, que a menudo se pasa por alto.

Así, muestra cómo las olas de calor de 2022 provocaron incendios forestales en el noroeste de Estados Unidos y las olas de calor acompañadas de intrusiones de polvo del desierto condujeron a una calidad del aire peligrosa en Europa.

También incluye estudios de casos de Brasil sobre cómo los parques y las áreas cubiertas de árboles dentro de las ciudades pueden mejorar la calidad del aire, absorber dióxido de carbono y bajar las temperaturas.

“Las olas de calor empeoran la calidad del aire, con efectos en cadena en la salud humana, los ecosistemas, la agricultura y, de hecho, nuestra vida cotidiana”, apuntó Petteri Taalas, secretario general de la OMM, quien añadió: “El cambio climático y la calidad del aire no pueden tratarse por separado. Van de la mano y deben abordarse juntos para romper este círculo vicioso”.

Taalas indicó que lo registrado en 2023 es “aún más extremo”. “Julio fue el mes más caluroso registrado, con un calor intenso en muchas partes del hemisferio norte y esto continuó hasta agosto”, recalcó.

“Los incendios forestales han arrasado enormes franjas de Canadá, han causado trágica devastación y muerte en Hawái, y también han infligido grandes daños y víctimas en la región mediterránea. Esto ha causado niveles peligrosos de calidad del aire para muchos millones de personas y ha enviado columnas de humo a través del Atlántico y hacia el Ártico”, apuntó.

INCENDIOS FORESTALES

Por otro lado, la OMM señala que el cambio climático incrementa la frecuencia e intensidad de las olas de calor, y se espera que esta tendencia continúe en el futuro. Existe un creciente consenso científico de que el calor extremo aumentará el riesgo y la gravedad de los incendios forestales.

“Las olas de calor y los incendios forestales están estrechamente vinculados. El humo de los incendios forestales contiene una mezcla de productos químicos que afecta no solo a la calidad del aire y la salud, sino que también daña las plantas, los ecosistemas y los cultivos, y conduce a más emisiones de carbono y, por lo tanto, más gases de efecto invernadero en la atmósfera”, subrayó Lorenzo Labrador, de la red de Vigilancia de la Atmósfera Global de la OMM.

El informe indica que la calidad del aire y el clima están interconectados porque las sustancias químicas que afectan a ambos están vinculadas, pues las responsables del cambio climático y de la degradación de la calidad del aire a menudo son emitidas por las mismas fuentes, y los cambios en uno inevitablemente causan cambios en el otro.

Por ejemplo, la combustión de combustibles fósiles emite dióxido de carbono (CO2) y óxido de nitrógeno (NO) a la atmósfera, lo que puede conducir a la formación de aerosoles de ozono y nitrato. Del mismo modo, algunas actividades agrícolas son fuentes importantes de metano de gases de efecto invernadero y también emiten amoníaco, que luego forma aerosoles de amonio que afectan negativamente la calidad del aire.

La calidad del aire, a su vez, afecta la salud del ecosistema porque los contaminantes del aire como el nitrógeno, el azufre y el ozono son absorbidos por las plantas, lo que daña el medio ambiente y reduce el rendimiento de los cultivos.

CALOR EXTREMO EN 2022

El verano de 2022 fue el más caluroso registrado en Europa. Una ola de calor de larga duración condujo a un aumento de las concentraciones de partículas y ozono a nivel del suelo. Cientos de sitios de seguimiento de la calidad del aire superaron el nivel de calidad del aire de ozono recomendado por la Organización Mundial de la Salud (OMS) de 100 microgramos por metro cúbico en ocho horas. Esto ocurrió primero en el suroeste de Europa, luego se trasladó al centro y finalmente llegó al noreste, tras la propagación de la ola de calor en todo el continente.

Además, en la segunda quincena de agosto de 2022 hubo una intrusión inusualmente alta de polvo del desierto sobre el Mediterráneo y Europa. La coincidencia de altas temperaturas y elevadas cantidades de aerosoles -y, por tanto, contenido de partículas- afectó a la salud y el bienestar humanos.

Mientras que el ozono estratosférico protege de los dañinos rayos ultravioleta del sol, el ozono cerca de la superficie de la Tierra es perjudicial para la salud humana. También puede reducir tanto la cantidad como la calidad del rendimiento de los cultivos alimentarios básicos.

Las olas de calor y las condiciones secas son propicias para los incendios forestales que, una vez iniciados, crecen rápidamente a medida que se encuentran con vegetación seca y fácilmente combustible. Tales situaciones pueden conducir a un aumento en las emisiones de aerosoles.


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