VALÈNCIA, 2 (EUROPA PRESS)
Los 53 niños y niñas ucranianos que han pasado este verano en la Comunitat Valenciana dentro del programa de acogida de familias organizado por la Fundación Juntos por la Vida han partido este sábado en autobús desde València hacia Ucrania, tras haber pasado “un verano en paz, alejados de la guerra” que sufre su país desde hace año y medio debido a la invasión rusa.
Las familias de acogida han despedido a los pequeños, de edades entre 6 y 14 años, con abrazos y también algunas lágrimas, aunque “contentos con la convivencia y la experiencia vivida” durante el verano y con “la esperanza de que puedan volver”, según recoge la entidad en un comunicado.
La presidenta de Juntos por la Vida, Clara Arnal, ha asegurado que este ha sido “un verano fantástico para estos niños y niñas, un verano con playa, con piscina, con parques, con fiestas de los pueblos, con celebraciones de cumpleaños, con escuelas de verano”.
“Lo que tiene cualquier niño o niña que vive en un país como el nuestro y que tiene la suerte de tener una familia, en este caso, son familias de acogida, que les tratan como uno más y hacen todo lo que haría cualquier familia en esta época de vacaciones. Ha sido un verano inolvidable”, ha señalado.
Los menores también han pasado revisiones médicas para mejorar su salud, pero, sobre todo, ha destacado Arnal, “han pasado un verano lejos de las alarmas, lejos de tener que llegar a meterse en un sótano para huir de los bombardeos y los misiles, lejos de los miedos que se respira en todas las familias de tener que ir a recoger ayuda humanitaria cuando llega un camión”. “Lo más importante es que han tenido un verano sin miedos, un verano en paz”, ha resaltado.
Los niños y niñas que regresan a Ucrania también vivirán allí su vuelta al cole, puesto que el curso escolar comenzaba este viernes 1 de septiembre, pero “no para todos será igual”. “Algunos, los que tienen suerte de que su escuela esté operativa, se incorporarán la próxima semana cuando lleguen. Pero hay muchos que no tienen posibilidad de ir al colegio y tendrán que hacer sus clases online, porque sus centros están en zonas más afectadas o de más riesgo, o son colegios que no tienen un sótano”, ha detallado.
Precisamente, ese es un requisito que las autoridades ucranianas pusieron cuando comenzó la guerra, que los centro educativos que no tengan un lugar donde refugiarse permanecieran cerradas porque suponen “un riesgo para los alumnos”.
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