MADRID, 1 (EUROPA PRESS)
Un nuevo estudio dirigido por la Universidad de Stanford (Estados Unidos) demuestra que añadir zinc al suelo agrícola puede ayudar a prevenir el retraso del crecimiento infantil, una afección debida a la desnutrición crónica que se asocia a un desarrollo cerebral deficiente y a consecuencias nocivas duraderas, como un menor rendimiento escolar y un mayor riesgo de enfermedad.
Por tanto, se trata de una intervención relativamente pequeña que podría tener un enorme impacto en una dolencia perjudicial que acecha a los niños del mundo en desarrollo.
El trabajo, publicado en ‘Scientific Reports’, es el primer estudio a gran escala que examina la relación entre el estado nutricional o los resultados sanitarios de los niños y la disponibilidad de minerales en el suelo en la India, donde más de un tercio de los niños menores de cinco años sufren retraso del crecimiento.
“Nuestros resultados se suman a un creciente cuerpo de literatura que sugiere que intervenciones como los fertilizantes enriquecidos con micronutrientes pueden tener un efecto positivo en la salud”, ha comentado la autora principal del estudio, Claire Morton, estudiante de matemáticas y ciencias computacionales en la Universidad de Stanford. “Esto no prueba que esas intervenciones fueran rentables para la India, pero es un indicio emocionante de que merece la pena probarlas”, ha añadido.
Los investigadores analizaron los datos sanitarios de casi 300.000 niños y un millón de mujeres de toda la India con más de 27 millones de análisis de suelo extraídos de un programa nacional de salud del suelo.
Descubrieron que la presencia de zinc en el suelo ayuda a prevenir el retraso del crecimiento infantil, y que el hierro del suelo contribuye a mantener la hemoglobina –proteína de los glóbulos rojos que transporta el oxígeno– en niveles saludables. Los resultados sugieren que enriquecer el suelo con minerales podría ser una intervención beneficiosa para la salud.
El vínculo entre el zinc del suelo y el retraso del crecimiento infantil es especialmente sólido. Un aumento de una desviación estándar en las pruebas satisfactorias de zinc del suelo se asocia con aproximadamente 11 niños menos con retraso del crecimiento por cada 1.000, según la investigación.
Como resultado, los investigadores sugieren que los beneficios potenciales del uso de fertilizantes enriquecidos con zinc como intervenciones sanitarias merecen una mayor consideración en la India específicamente y quizás de forma más general.
“No estamos diciendo que la geografía sea el destino, pero los suelos parecen influir realmente en la salud infantil”, afirma el autor principal del estudio, David Lobell. “Aunque se trate solo de un pequeño papel, comprenderlo podría ayudar a identificar mejores enfoques para resolver el retraso del crecimiento infantil en la India, que es uno de los mayores y más antiguos retos de la seguridad alimentaria mundial”, ha concluido.
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