JAÉN, 25 (EUROPA PRESS)
Sotillo, el lince ibérico rescatado hace una semana en un árbol en Úbeda (Jaén) por el personal del equipo de Recuperación del Lince Ibérico de la Consejería de Sostenibilidad, Medio Ambiente y Economía Azul de la Junta de Andalucía, establece la conexión entre poblaciones de la provincia jiennense y la de Granada.
Y es que el animal procedía de la granadina Sierra Arana, donde se está trabajando en la creación de una nueva población de esta especie protegida, según ha explicado este viernes el coordinador regional del proyecto Life LynxConnect, Javier Salcedo.
“Este ejemplar, liberado el pasado mes de diciembre en el término municipal de Iznalloz (Granada), abre camino para conectar diferentes núcleos de población de linces, haciéndolo, en este caso, entre la incipiente población de Sierra Arana con la de Sierra Morena”, ha comentado.
En este sentido, ha considerado que el episodio vivido en Úbeda “es una prueba más del éxito del programa de recuperación y conservación de la especie, ya que se cumple con el factor de conexión”. De hecho, el principal objetivo del proyecto Life LynxConnect es la conectividad entre los núcleos de lince ibérico para asegurar una metapoblación funcional autosostenible y viable.
Salcedo, además, ha valorado “el buen funcionamiento y la coordinación de todos los equipos y Agentes de Medio Ambiente; al tiempo que ha agradecido a la ciudadanía ubetense, a la Policía Local y Bomberos de esta ciudad su colaboración y disposición en el dispositivo de captura del animal en la parcela de una vivienda.
En esta línea, el coordinador regional ha señalado “lo bien conectada” que se encuentra la población de lince ibérico en Andalucía y el apoyo con el que cuenta la administración de los dueños de las fincas, los cazadores y la sociedad en general para recuperar y cuidar a esta especie protegida.
Actualmente, Sotillo se encuentra en el centro de cría del lince ibérico de La Olivilla, en el Parque Natural de Despeñaperros. Está “en perfecto estado”, si bien debe permanecer unas semanas en dichas instalaciones hasta que se rebajen los niveles de estrés y sea devuelto al medio natural.
“En el momento de su captura se le realizó un chequeo para comprobar su estado, que resultó satisfactorio. Y, una vez valorados los resultados de las muestras analizadas tras el chequeo, si todo es correcto, se procederá a su liberación en el medio natural”, ha concluido.
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