MADRID, 23 (EUROPA PRESS)
Los combates entre el Ejército de Sudán y las paramilitares Fuerzas de Apoyo Rápido (RSF), con miles de muertos y más de cuatro millones de desplazados, continúan en torno a una estratégica base militar situada en Jartum, si bien los avances y las pérdidas de las que las informan unos y otros se contradicen.
Así, el Ejército ha emitido un comunicado este martes por la noche a través de su página de Facebook en el que se destaca que las tropas han logrado repeler los ataques lanzados por las RSF sobre la base de Al Shajara, en el sur de la capital, al mismo tiempo que han podido infligir “grandes pérdidas” a los paramilitares.
“El Cuerpo Blindado ha podido una vez más aplastar los intentos de las milicias rebeldes (…) que huyeron tras sufrir enormes pérdidas”, dice el comunicado en el que aseguran que controlan la totalidad de las instalaciones. “Nuestras fuerzas en las distintas regiones de la capital están logrando éxitos”, apunta.
Asimismo, el Ejército ha acusado a las RSF de volver a cometer crímenes contra la población civil, en esta ocasión en el barrio de Eid Hussien, dejando a su paso cuatro muerte y varios civiles más, y en el casco antiguo de la ciudad de Omdurmán.
Por su parte, las RSF han asegurado haber logrado una “notable victoria” sobre el Ejército y sus aliados, tomando a su vez el control de “casi toda” la base y haciéndose con más de 200 vehículos de combate, entre blindados y tanques, cantidades importantes de armamento y municiones.
“Las Fuerzas Armadas de Sudán y sus milicias aliadas (…) han sufrido pérdidas importantes”, destaca el grupo paramilitar en un breve comunicado en su cuenta de la red social X, antes Twitter, en el que hablan de la captura de una veintena de oficiales de alto rango.
“Presos del pánico, han difundido información errónea, utilizando vídeos y fotografías antiguas en un intento de animar a sus tropas y minimizar sus derrotas en el campo de batalla”, han asegurado las RSF.
Sudán estaba gobernado antes del estallido de los combates por una junta liderada por el general Abdelfatá al Burhan que tenía como ‘número dos’ al cabecilla militar de las RSF, Mohamed Hamdan Dagalo, alias ‘Hemedti’. Las discrepancias entre ambos sobre la integración paramilitar en un futuro Ejército unificado acabaron degenerando en este conflicto.
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