MADRID, 16 (SERVIMEDIA)
La Policía Nacional ha liberado a cuatro mujeres que eran presuntamente explotadas por una organización criminal en unos pisos de la localidad de Blanes, Girona, y ha detenido a cinco personas, entre las que se encuentran las dos principales cabecillas que han ingresado en prisión provisional.
Según informó este miércoles la Policía Nacional en una nota de prensa, las víctimas del entramado eran mujeres jóvenes en situación de necesidad, principalmente de origen colombiano, que eran captadas con la promesa de una vida mejor en España, aunque finalmente terminaban ejerciendo la prostitución. Los beneficios obtenidos por los explotadores, incluidos los de la venta de cocaína, eran blanqueados a través de un bar y una tienda de alimentación.
La investigación policial consiguió liberar a las cuatro mujeres y desmantelar la organización criminal que comenzó en el mes de mayo del 2022. En esas fechas los agentes tuvieron conocimiento de la existencia en la localidad de Blanes de este entramado que se dedicaba presuntamente a captar, principalmente en Colombia, mujeres jóvenes en situación de necesidad económica con el objeto de prostituirlas en pisos de citas.
Las víctimas eran captadas en el país latinoamericano por el exmarido de una de las cabecillas de la red, que además se encargaba de aleccionar y facilitar el viaje a España de esas mujeres. Para ello, suministraban a las víctimas la documentación y el dinero necesario con el que simular un viaje turístico y no levantar así sospechas ante las autoridades aeroportuarias.
SALDAR LA DEUDA
Una vez en España, las mujeres eran trasladadas a los pisos de citas donde realizarían los servicios sexuales necesarios para saldar la deuda contraída con la organización. Esos servicios eran publicados en diferentes webs de contactos sexuales en los que aparecían teléfonos de contacto que eran atendidos por las propias explotadas.
Los pisos estaban gestionados por mujeres denominadas ‘mamis’ que se encargaban de su buen funcionamiento a través de la recepción de clientes, la contabilidad y control de los servicios sexuales realizados por las víctimas. Además, las cabecillas controlaban desde sus dispositivos móviles las cámaras de vigilancia instaladas en los pisos, hecho que les posibilitaba tener un seguimiento constante del número de servicios realizados por cada una de las mujeres y un control absoluto sobre su libertad ambulatoria.
Las pesquisas realizadas por los agentes permitieron constatar que el entramado criminal no sólo se lucraba del ejercicio de la prostitución de las víctimas, sino que también obtenían importantes beneficios suministrando cocaína a los clientes que lo demandaban. Para blanquear esas ganancias ilícitas la organización utilizaba un bar y una tienda de alimentación, ambos negocios lícitos regentados en Blanes por una de las cabecillas.
En los cincos registros realizados en el operativo policial se intervinieron 3.000 euros en metálico, 21 dosis de cocaína y útiles para su preparación, tres relojes de lujo, diversos dispositivos informáticos y abundante documentación relevante para la investigación.
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