MADRID, 16 (EUROPA PRESS)
La escalada de violencia en la región de Amhara, en el norte de Etiopía, ha provocado problemas en el abastecimiento de suministros básicos en gran parte de los centros médicos de la zona, hasta el punto de que hay enfermos que han terminado perdiendo la vida por no poder recibir la atención necesaria.
“Nos quedamos sin suministros vitales y oxígeno en los primeros días de los combates”, cuenta Kassaye Demeke, médico en un hospital de Gondar, al recordar en qué medida se han visto afectados por los ataques lanzados por la milicia Fano y la posterior respuesta de las Fuerzas Armadas etiopes.
“Muchos pacientes en cuidados intensivos han muerto porque no podíamos hacer ninguna cirugía mayor”, explica este médico al Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR). Demeke ha señalado que “en ocasiones se hace imposible limpiar heridas” o responder ante fracturas: “Estamos anteponiendo los casos más críticos”.
El CICR, en colaboración con la Sociedad de la Cruz Roja de Etiopía, han comenzado a llevar ayuda urgente al de Gondar y a otros hospitales que en los últimos días han registrado un repunte en la llegada de heridos, si bien las autoridades locales no han divulgado un recuento oficial de víctimas derivadas de los más recientes enfrentamientos.
La responsable de la subdelegación del CICR en Gondar, Delphine Leterrier, ha confirmado que ya han podido coordinarse con algunas de las instalaciones más afectadas para paliar las carencias “inmediatas”, si bien “ha sido difícil para los equipos (…) de la organización moverse y comunicarse en la región”.
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