MADRID, 04 (SERVIMEDIA)
La Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) propuso este viernes cinco medidas para lograr una mayor tasa de reciclaje de envases, tales como informar con mayor claridad, mejorar la comodidad para los consumidores y evitar que esta actividad les suponga un coste.
En un comunicado, destacó que los consumidores “se enfrentan a multitud de etiquetas con alegaciones ambientales” y a “propuestas normativas que en ocasiones se contradicen”, aspectos que dificultan el reciclaje.
Según apuntó, cada habitante de la UE genera 177,2 Kg en residuos de embalaje al año de media, por lo que subrayó la necesidad de reducir este impacto ambiental.
Con ese fin, la OCU ha elaborado un listado de cinco criterios “fundamentales” que cualquier sistema de gestión debe cumplir para que su diseño sea eficaz, en colaboración con Euroconsumers. Así se lo ha trasladado a las administraciones europeas, nacionales y regionales, a las que aconseja ser rigurosas y comunicar con claridad, entre otros puntos.
Uno de los criterios, según ese listado, es la rigurosidad. Es decir, que cualquier decisión debe basarse en estudios técnicos y científicos independientes que tengan en cuenta todo el ciclo de vida de los productos de embalaje. Está también el criterio de la seguridad. Los consumidores “deben poder confiar en que su salud y seguridad no están en riesgo”. Por eso, especifica el comunicado, la valoración del sistema de gestión de residuos de envases “debe incluir también una evaluación de sus impactos ambientales y sanitarios”.
Otro factor a tener en cuenta es la comodidad, pues entre los aspectos “más importantes” que impulsan los hábitos de reciclaje de los consumidores europeos “son por un lado unas instalaciones de reciclaje eficientes y fáciles de usar y, por otro, los beneficios ambientales e incentivos económicos”. Otro criterio es que sea asequible. La petición considera que “si los consumidores deben cambiar la forma en que consumen, reutilizan productos y envases, y la forma en que desechan bienes, estos cambios no pueden suponer una carga económica adicional”. Pues “un sistema que tenga un coste más alto será difícil de aceptar y corre el riesgo de no alcanzar su objetivo”.
Por último, la OCU recomienda que toda la información esté “adecuadamente comunicada”. Si se espera que los consumidores “asuman” su responsabilidad y contribuyan a la reducción de residuos de embalaje, “necesitan saber qué envase debe reciclarse o reutilizarse, qué es exactamente lo que deben hacer y cómo tienen que hacerlo”. Para ello, “se necesita información adecuada, una comunicación clara, campañas educativas y, sobre todo, un etiquetado estándar en toda la UE”, concluyó.
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