MADRID, 4 (EUROPA PRESS)
Las terapias inmunitarias CAR-T podrían ser eficaces contra tumores sólidos si se identifican las dianas adecuadas, según sugiere un nuevo estudio dirigido por investigadores de la Universidad de Illinois Urbana-Champaign (EEUU). Los investigadores aplicaron con éxito CAR-T en un modelo de ratón de cáncer de ovario, un tipo de tumor sólido agresivo que hasta ahora había eludido este tipo de terapias.
“Incluso con un modelo de tumor en estadio avanzado y con una sola dosis, observamos efectos antitumorales potentes”, ha afirmado la primera autora del estudio publicado en la revista ‘Journal of ImmunoTherapy for Cancer’, Diana Rose Ranoa.
“Aún quedan muchas preguntas por responder, pero este estudio demuestra que CAR-T puede matar este tipo de cáncer una vez que reconoce la diana adecuada”, ha añadido Ranoa, investigadora postdoctoral en el Instituto Carl R. Woese de Biología Genómica de Illinois.
Las células T son los glóbulos blancos del sistema inmunitario que reconocen y atacan a determinados invasores extraños al organismo. Las terapias CAR-T utilizan receptores moleculares especiales, llamados receptores de antígenos quiméricos, que se unen a biomarcadores del cáncer. Estos CAR ayudan a las células T del propio paciente a atacar el cáncer como si fuera un invasor externo.
Aunque estas terapias son eficaces contra cánceres sanguíneos como la leucemia y el linfoma, los cánceres que producen tumores sólidos siguen siendo difíciles de tratar con inmunoterapias CAR-T, ha explicado David Kranz, director del estudio y profesor emérito de Bioquímica en Illinois.
“No hay el mismo tipo de dianas para estos receptores en los tumores sólidos que en los cánceres de la sangre, y es muy difícil encontrar una diana que no se encuentre también en los tejidos sanos. El otro factor es que las células tumorales sólidas tienen su propia forma de suprimir la respuesta inmunitaria para eludir el reconocimiento de las células T y otras células inmunitarias. Se está trabajando mucho para intentar superar esas dos barreras: encontrar buenas dianas y encontrar el tipo adecuado de CAR que puedan reconocer esas dianas”, ha subrayado Kranz.
En el nuevo estudio, los investigadores se centraron en un carbohidrato que se encuentra en la superficie de las células tumorales sólidas, pero no de las células sanas. Desarrollaron moléculas CAR con distinta afinidad por la molécula y las probaron primero en cultivos de células de cáncer de ovario y luego en ratones vivos con tumores de cáncer de ovario.
Descubrieron que los receptores con mayor afinidad por el carbohidrato eran muy eficaces para ayudar a las células T a encontrar y destruir el cáncer, reduciendo o eliminando los tumores tras una sola dosis intravenosa o inyectada, y que seguían actuando durante meses o incluso más de un año después de la dosis inicial, alargando la vida de los ratones.
“Nos sorprendió que el tratamiento con CAR-T fuera tan eficaz en la regresión del cáncer, no sólo porque lo hiciera durante un largo periodo de tiempo, sino porque lo administramos en una fase avanzada del cáncer”, ha explicado Kranz.
“En casi todos los estudios que se han hecho en los modelos de ratón, se trata muy pronto después de poner el tumor. Nosotros estábamos tratando mucho después, empezando en fases como en las que se suele diagnosticar en pacientes humanos”, ha añadido.
Los investigadores esperan que éste y otros factores distintivos del diseño del estudio puedan dar a su tratamiento un mayor potencial de traslación clínica a humanos. Mientras que lo habitual en los ensayos de cáncer en ratones es colocar células cancerosas humanas en ratones cuyo sistema inmunitario se ha visto comprometido para que crezca el cáncer extraño, en el estudio de Illinois se utilizaron ratones con sistemas inmunitarios en funcionamiento, pero dirigidos a un marcador presente tanto en los cánceres de ovario de ratón como en los humanos.
“Establecer nuestro modelo en ratones inmunocompetentes nos permitió mostrar cómo se comportan las células CAR-T en presencia de un sistema inmunitario huésped intacto y demostrar que estas CAR no tienen efectos tóxicos contra los tejidos sanos. El tratamiento es muy específico para el tumor. Y ahora tenemos este CAR que hemos demostrado que puede matar el cáncer de ovario en ratones y que ha sido diseñado para reconocer la misma diana en cánceres humanos. Así que los estudios en humanos son el siguiente paso lógico de esta línea de investigación”, ha destacado Ranoa.
Los investigadores planean probar su régimen CAR-T contra cultivos de células cancerosas humanas, así como seguir buscando otras posibles dianas para cánceres de tumores sólidos y los CAR que podrían encontrarlas.
“En este modelo de ratón se observó tal potencia que es de esperar que pueda trasladarse a pacientes humanos. Conseguir algo tan específico contra el tumor que no tenga efectos secundarios importantes para el paciente es el santo grial”, ha finalizado Kranz.
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