El líder de JUI-F ha hecho un llamamiento a la calma y ha pedido a las autoridades perseguir a los responsables
MADRID, 30 (EUROPA PRESS)
Al menos 40 personas han muerto y 200 han resultado heridas en un atentado suicida perpetrado este domingo durante un acto del partido islamista más importante de Pakistán, el Jamiat Ulema e Islam (Fazl) (JUI-F), en Jar, en la provincia norooccidental de Jíber Pajtunjua, según un nuevo balance del ministro del Interior en funciones, Feroze Yamal Sha Kakajel, citado por Geo TV.
El atentado ha sido perpetrado sobre las 16.00 horas (13.00, hora española peninsular) cuando unos 500 militantes del partido estaban escuchando una intervención de un dirigente regional, el maulana Laiq, encargado del cierre del acto político.
Entre los fallecidos está el líder del partido en Jar, el maulana Ziaulá Jan, y el secretario general de la formación en Nawagai, Hamidulá Haqqani. También estaban presentes otros dirigentes del partido, como el maulana Yamaludín o el senador Abdur Rashid, según ha explicado el portavoz de JUI-F en Jíber Pajtunjua, Abdul Yalil Jan.
El inspector general de la Policía en Jíber Pajtunjua, Ajtar Hayat Jan, ha confirmado que la investigación preliminar revela que se trata de un atentado suicida.
Al menos 35 heridos han sido trasladados en estado grave hasta el Timergara. También se ha llevado a lesionados hasta Peshawar, aunque la referencia más cercana es la del Hospital del Distrito de Bajaur.
El senador del JUI-F y presidente del Comité de Asuntos Religiosos de la cámara alta del país, Hafiz Hamdulá, ha explicado a Geo TV que él mismo tenía previsto asistir al acto, pero no pudo hacerlo debido a “compromisos personales”. Uno de los heridos es un cámara de esta cadena de televisión paquistaní, que ha sido trasladado de urgencia al un hospital del bajo Dir, en estado crítico.
“Condeno contundentemente esta explosión y quiero hacer llegar a la gente que detrás de esto no hay yihad, sino terrorismo”, ha subrayado el senador.
LLAMAMIENTO A LA CALMA
El JUI-F está liderado por el clérigo Fazal ur Rehman, uno de los más destacados exponentes islamistas en la política del país y socio menor de la coalición del Gobierno.
En su primera reacción al ataque, el clérigo ha exigido al primer ministro del país, Shebhaz Sharif, y al ministro principal en funciones del estado, Azam Jan, una investigación inmediata de lo acontecido antes de llamar a la calma a sus seguidores. También ha solicitado a los miembros del partido donar sangre en los hospitales en los que están ingresados los heridos.
Sharif ha anunciado que ha ordenado investigar lo ocurrido e identificar a los responsables. El Cuerpo de Fronteras está en alerta y uno de sus máximos responsables, el general Nur Wali Jan, se ha desplazado hasta Bajaur para supervisar la situación.
Desde la oposición, el presidente del Partido Popular de Pakistán (PPP), Bilawal Bhutto Zardari, ha instado al Gobierno a llevara los “responsables y terroristas” ante la justicia y ha trasladado sus condolencias a las familias de los fallecidos.
Hasta ahora ningún grupo se ha atribuido la responsabilidad de lo que podría tratarse de un atentado con bomba, pero varios altos cargos paquistaníes, como el ministro de Exteriores y líder del Partido Popular de Pakistán (la segunda formación de Gobierno), Bilawal Bhutto Zardari, ya han condenado lo acontecido como un acto de terrorismo.
La provincia de Jíber-Pajtunjua, frontera con Afganistán, es una de las más conflictivas del país y es la base de operaciones de los Tehrik e Taliban (TTP), los conocidos como “talibán paquistaníes”, que han incrementado sus atentados tras dar por finalizado el alto el fuego en noviembre de 2022.
El grupo TTP, que difiere de los talibán afganos en asuntos organizativos pero sigue la misma interpretación rigorista del islam suní, aglutina a más de una docena de grupos de militantes islamistas que operan en Pakistán, donde han matado a unas 70.000 personas en dos décadas de violencia.
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