Asegura que los tribunales españoles están “en una mejor posición” para su enjuiciamiento
MADRID, 21 (EUROPA PRESS)
La Audiencia Nacional ha rechazado extraditar a Armenia a Erik Dzhaginyan, un presunto líder mafioso que es reclamado por este país por ser un ‘ladrón en la ley’, el estatus más alto en la jerarquía criminal, y que ejercía como tal desde la Comunidad Valenciana.
En un auto, recogido por Europa Press, la Sala de lo Penal deniega la petición de extradición de Armenia por el “estado avanzado del procedimiento en España, cuya incoación se produjo en fecha anterior” al que se sigue en el país.
En este contexto, los magistrados aluden a “la existencia de varios delitos graves presuntamente cometidos por miembros de la organización” en España, lo que hace “aconsejable la utilización de dicha causa de denegación potestativa”.
En concreto, explica la Sala de lo Penal, “por ser los órganos judiciales españoles los que se encuentran en una mejor posición para llevar a cabo el enjuiciamiento y minimizar el riesgo de impunidad”.
En el escrito de la Fiscalía, que interesaba su puesta en libertad con cautelares, se indicaba que ya en septiembre de 2013 en Turquía se hizo famoso en el mundo criminal con el sobrenombre de Ero Tomski y se convirtió “en el principal miembro de la organización criminal” que se dedicaba a cometer delitos y a reclutar a otras personas para que los cometiesen.
EL PRESUNTO GRUPO CRIMINAL
Según el Ministerio Público, esa organización obtenía beneficios ilegales “mediante el uso de la violencia, las amenazas, las extorsiones y otras acciones”.
Al llegar a España, a la Comunidad Valenciana, Erik Dzhaginyan dirigió las acciones de un número indeterminado de subordinados tanto en esa zona como a nivel nacional e internacional. Y el fiscal señalaba que, rigiéndose por los códigos propios de los ‘ladrones en la ley’ se relacionó “estrechamente” con otros líderes mafiosos.
Además, explicaba la Fiscalía, medió en conflictos en los que se veían envueltos los miembros del clan mafioso, supervisaba y marcaba las directrices a seguir por la organización criminal, y sus subordinados le rendían cuentas tanto de sus actividades como de sus beneficios. Sumaba a esto que era el supervisor de la caja común de la organización –‘obschak’–.
El Ministerio Público destacaba además que, en Valencia, bajo su dirección, esta rama de la mafia armenia “desarrolla una pluralidad de actividades delictivas que proporcionan beneficios (…) para la organización”.
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