MADRID, 13 (EUROPA PRESS)
El jugador inglés del Everton Dele Alli reveló los problemas que ha padecido durante su infancia, en la que sufrió abusos, empezó a fumar con siete años y a los ocho, a traficar con drogas, además de confesar que libró una batalla contra la salud mental que casi le retira del fútbol profesional.
“Mi madre era alcohólica, me enviaron a África a vivir con su padre para aprender disciplina, y luego me devolvieron. A los siete años empecé a fumar y a los ocho, a traficar con drogas”, desveló Alli en el podcast The Overlap al exfutbolista Gary Neville.
El centrocampista reveló que sufrió abusos sexuales cuando era un niño, antes de ser adoptado. “A los once años, un vecino me colgó de un puente. A los doce, me adoptó una familia increíble, y no podría haber pedido mejores personas para hacer lo que hicieron por mí. Si Dios creó a las personas, fueron ellos”, destacó.
Otra de las confesiones de Alli fue su adicción a las pastillas para dormir, un problema que sufre “más gente de la que se cree” en el mundo del fútbol. “Tomar un somnífero y estar listo para el día siguiente está bien, pero cuando estás destrozado como yo, obviamente puede tener el efecto contrario, porque funciona para los problemas que quieres tratar”, argumentó.
Alli confesó que con sólo 24 años se planteó retirarse, a pesar de vivir un buen momento futbolístico. “Suena dramático, pero me miraba literalmente al espejo y me preguntaba si podría jubilarme ahora, a los 24 años, haciendo lo que me gusta. Eso me dolió mucho, fue otra cosa con la que tuve que cargar”, expresó.
Cuando acabó su aventura en el fútbol turco, cedido el curso pasado en el Besiktas, el de Milton Keynes volvió al Everton, pero su situación era muy delicada e ingresó en un centro de rehabilitación para mejorar su salud mental. “Probablemente estaba tomando la decisión más importante de mi vida, pero estoy contento de haberlo hecho y, para ser sincero, no podía esperar que saliera como ha salido”, concluyó.
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