BRUSELAS, 11 (EUROPA PRESS)
La Comisión Europea confía en que la ley de restauración de la naturaleza salga adelante aunque el pleno del Parlamento Europeo siga dividido a 24 horas del voto que puede suponer la última oportunidad de aprobar la ley o de tumbarla finalmente, como quiere el Partido Popular Europeo (PPE) –con el apoyo de la extrema derecha– y a pesar de la defensa que han hecho del texto socialistas, verdes, liberales e izquierda.
“Necesitamos restaurar urgentemente los ecosistemas en toda la UE y sé que muchos de ustedes comparten esta urgencia, por eso, espero que mañana esta casa permita que salga adelante el texto”, ha señalado el comisario europeo de Medio Ambiente, Virginijus Sinkevicius, en el debate parlamentario de este martes en Estrasburgo. “Se trata de nosotros y de los que vengan después de nosotros”, ha apostillado.
El Parlamento, dividido entre partidarios y detractores de una norma que Bruselas ve imprescindible para paliar los efectos del cambio climático, deberá decidir si sigue adelante con el texto o lo rechaza definitivamente después de que a finales de junio los eurodiputados de la comisión de Medio Ambiente diesen el primer paso para abandonarla por 44 votos a favor y 44 en contra.
La propuesta pretende ayudar a recuperar los hábitats europeos, el 80% de los cuales se encuentran en mal estado y fija, para lograrlo, objetivos y obligaciones específicos jurídicamente vinculantes.
Ahora, será el Parlamento Europeo en su conjunto el que deberá tomar una posición, como ya han logrado los Veintisiete, que sí han acordado su mandato sobre la ley, un argumento que los liberales esgrimirán en sus enmiendas para instar a los ‘populares’ a abandonar su posición en contra de la ley.
También ha pedido al PPE que de una oportunidad a la tramitación el ponente en la comisión parlamentaria de Medio Ambiente, el socialista César Luena, quien ha insistido en que la Eurocámara no puede pasar a la historia “como un bloqueo, como un obstáculo de esta ley” que, según ha recordado en tono irónico defiende “una tal Ursula von der Leyen”.
En este sentido, la copresidenta de los verdes, Terry Reintke, ha acusado al presidente del PPE, Manfred Weber, de ir “en contra de la propia presidenta de la Comisión”, que forma parte de su familia política, en lo que ha calificado de “crisis de identidad profunda del PPE”.
“Su deriva radical le ha llevado a enfrentarse a su propia familia política”, ha añadido la presidenta del grupo de los socialistas, Iratxe García, que ha afeado a Weber querer “ganar votos con una falsa defensa de los agricultores y de las comunidades rurales”, algo para lo que “no ha dudado en recurrir a una estrategia de mentiras, además de instalarse en el negacionismo”. “El PPE ha declarado la guerra a una ley indispensable, necesaria y urgente”, ha lamentado.
Sin embargo, el presidente del PPE, Manfred Weber, ha reiterado este martes en rueda de prensa que su grupo rechazará el texto al tiempo que ha instado a la Comisión a presentar una nueva propuesta, una posibilidad que ya desechó el vicepresidente europeo para el Pacto Verde, Frans Timmermans, quien avanzó que de tumbarse este texto no habría tiempo de presentar otro dado lo apretado del calendario legislativo.
El presidente de los liberales (Renew), Stéphane Séjourné, cuyo grupo está además internamente dividido en torno a la propuesta, ha asegurado haber intentado hacer “lo imposible” por lograr una posición favorable unánime, aunque aún no da la batalla por perdida: “Tenemos 24 horas y nuestro grupo intentará lograr la unidad interna, además de una mayoría para evitar que se rechace el texto”.
El francés ha apelado así a la responsabilidad del hemiciclo en un día en que los termómetros de Estrasburgo alcanzarán los 37 grados, una anomalía climática de la que se ha valido para reprochar a los ‘populares’ que “sus objetivos partisanos no van a beneficiar a las generaciones futuras”.
También se ha valido de este argumento la copresidenta de la izquierda, Manon Aubrey, que ha acusado al PPE de haber pactado con los “escépticos del cambio climático”, una deriva que considera “muy peligrosa”, ya que pone en peligro cualquier futura política medioambiental, además de haber afeado a Renew que algunos eurodiputados hayan votado también en contra de la ley porque, según ha advertido, “la historia recordará todos los votos en contra de este texto”. “Es 11 de julio y estamos a 37 grados en Estrasburgo. Voten a favor de esta ley”, ha zanjado.
Frente a estos argumentos, los eurodiputados de los grupos de extrema derecha de los Conservadores y Reformistas Europeos (ECR) y de Identidad y Democracia (ID), Alexandr Vondra y Aurélia Beigneux, respectivamente, han avanzado su voto en contra de la ley de restauración de la naturaleza porque consideran que “complica la vida de los agricultores” además de considerarla una propuesta “absurda y opresiva” de Bruselas.
PRÓXIMOS PASOS
Ante esta división, el primer escollo que deberá superar la norma para seguir su cauce legislativo es evitar ser rechazada por el pleno en la sesión de este miércoles antes de que se voten, una a una, las cientos de enmiendas presentadas por los diferentes grupos políticos, un proceso que puede demorarse más de una hora.
Si una mayoría simple –más votos a favor que en contra–, logra rechazar el texto tal y como lo había redactado Bruselas, este se desechará y, dado el poco tiempo de maniobra que deja lo que queda de mandato antes de las elecciones europeas, el Ejecutivo comunitario no tendría tiempo de presentar uno nuevo adaptado a las exigencias tanto de los Estados miembro -que ya acordaron su posición– como de las diferentes fuerzas políticas con representación en la Eurocámara.
El segundo escenario posible es que, si se aprueba, la ley pasará a negociaciones a tres bandas (trílogos) entre los negociadores el Parlamento Europeo, los gobiernos nacionales y la Comisión Europea para acordar un texto definitivo.
- Te recomendamos -