MADRID, 10 (SERVIMEDIA)
La Sociedad de Pediatría Extrahospitalaria y de Atención Primaria, la Asociación Española de Pediatría de Atención Primaria y la Asociación Española de Pediatría consideraron este lunes “un avance” y una “mejoría” de los derechos sociales y en la conciliación familiar la reciente aprobación de los nuevos permisos retribuidos para las familias por causas de “fuerza mayor” y aseguraron “compartir” la “intención” del legislador, si bien admitieron “discrepar” en la forma en que se debe articular esos derechos.
Así lo precisaron los presidentes de la Sociedad de Pediatría Extrahospitalaria y de Atención Primaria, Cristobal Coronel; la presidenta de la Asociación Española de Pediatría de Atención Primaria, Concepción Sánchez y el presidente de la Asociación Española de Pediatría, Luis Carlos Blesa, en una carta dirigida a la ministra de trabajo y Economía social, Yolanda Díaz, en relación al RD 5/2023, de 28 de junio.
A este respecto, puntualizaron que, según dicho decreto, el trabajador tendrá derecho a ausentarse de su puesto “por causa de fuerza mayor” cuando sea necesario por motivos familiares “urgentes e imprevisibles”, en caso de enfermedad o accidente “que hagan indispensable su presencia inmediata”.
“Las personas trabajadoras tendrán derecho a que sean retribuidas las horas de ausencia por las causas previstas en el presente apartado equivalentes a cuatro días al año, conforme a lo establecido en convenio colectivo o, en su defecto, en acuerdo entre la empresa y la representación legal de las personas trabajadoras aportando estas, en su caso, acreditación del motivo de ausencia”, abundaron las entidades, que lamentaron que el decreto “no explica la forma en la que los padres deben acreditar la enfermedad o accidente de sus hijos menores”.
“Suponemos que no es precisa una acreditación médica, porque en otro apartado del decreto, para otros fines, sí se afirma que se precisa un informe del servicio de salud, lo que aquí no sucede”, sentenciaron.
AUSENCIAS CORTAS
A su juicio, en estos tipos de “ausencias cortas”, el hecho de que el trabajador deba acreditar el motivo de ausencia “abre la puerta” a que, “una vez más”, recaiga sobre el médico la petición de “certificar que lo que esa persona dice es cierto”, cuando la “inmensa mayoría” de las veces en ese tipo de ausencias cortas “será imposible comprobarlo”.
“La exploración física en los procesos leves de corta evolución suele ser normal o anodina y no permite diferenciar si el niño requiere o no quedarse en casa”, espetaron, para aseverar que la presencia de un “mayor o menor malestar”, de fiebre, un episodio “aislado” de vómito, de “más o menos” deposiciones, “más o menos” episodios de cefalea o su intensidad “no es objetivable en una consulta médica casi nunca en este tipo de procesos y el médico solo puede confiar en lo que refieren el paciente o los cuidadores”.
En este sentido, estimaron que “sería confundir lo que es el acto médico”, que, advirtieron, “no consiste en dar fe de la veracidad de lo que los pacientes refieren, ni justificar la ausencia de uno o ambos tutores de su centro de trabajo, para la observación y cuidado domiciliario de los menores a su cargo, que es la principal recomendación”.
En este punto, solicitaron “con toda la urgencia posible” una “articulación” de esa acreditación del “motivo de ausencia” que “no implique la intervención del sistema sanitario”, por ejemplo, mediante “declaraciones autorresponsables”.
“De lo contrario, la avalancha de citas innecesarias y evitables, por patología leve y banal, se van a multiplicar en los servicios de urgencias y en la atención primaria”, consideraron, al tiempo que denunciaron que esto podría tener un “impacto muy negativo” en la “sobrecarga” asistencial y sería “totalmente contrario” al “avance hacia el autocuidado” por parte de la población “de las patologías o dolencias leves”.
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